Verónica y Karoli reflotan La Güeria: estas son las gijonesas que atraen turismo en Turón

Dos gijonesas asumen el reto de dinamizar una aldea de la zona alta de Turón con un proyecto de casas rurales y un restaurante con sabor de bar-tienda

Verónica Gutiérrez, en el corredor de una de sus casas rurales, con vistas a La Güeria de Urbiés. | D. M.

Verónica Gutiérrez, en el corredor de una de sus casas rurales, con vistas a La Güeria de Urbiés. | D. M. / David Montañés

La Güeria de Urbiés

Entre Gijón y La Güeria de Urbiés apenas hay 60 kilómetros de distancia. Esta separación puede verse como algo minúsculo o mayúsculo, según el enfoque. El trayecto supone dar un salto de casi 800 metros de altitud, pasando de un entorno con 270.000 vecinos a otro con 40. Gijón cuenta con casi medio centenar de hoteles y unas 9.000 plazas de alojamiento. La ciudad tiene más de dos mil bares. Y aquí surge una conexión que acerca ambos destinos. En La Güeria de Urbiés ha surgido un atípico proyecto de casas rurales, con capacidad para albergar a 16 visitantes y que incluye un pequeño restaurante del que emana el espíritu de los antiguos bares-tienda. Al frente están dos gijonesas, Verónica Gutiérrez y Karoli Santiago. Se criaron a pocas manzanas de distancia, pero en Gijón nunca coincidieron. Ambas se han instalado en la zona alta de Turón, al resguardo del Picu Ventosu, y están logrando dinamizar turísticamente un espacio de gran atractivo paisajístico que el velo de la minería ha mantenido oculto.

Karoli Santiago, en La Caleyuca.

Karoli Santiago, en La Caleyuca. / LNE

"Nací en Gijón, pero mis abuelos eran de La Güeria de Urbiés y siempre he sentido un vínculo especial con el territorio". El lazo emocional que Verónica Gutiérrez mantiene desde su niñez con Turón ha terminando anudándola al territorio. "Hace unos años decidí rehabilitar una casa, habilitando en la planta baja un bar y arriba una vivienda para que se pudiera instalar una familia y explotar el negocio. El objetivo último era estimular la vida del pueblo, que estaba en decadencia, sin ningún servicio de hostelería".

Del Meicín a Urbiés

Tras unos inicios titubeantes, en el verano de 2022 llegó a "La Caleyuca" Karoli Santiago, una cocinera gijonesa que busca altitud para combatir sus frecuentes migrañas. "En mi caso, la altura mitiga el dolor y en la costa me resultaba insoportable vivir". Antes de recalar en La Güeria de Urbiés, había probado suerte en otras estribaciones. "Estuve un tiempo como cocinera en el refugio del Meicín y también en Bulnes". En Turón ha encontrado estabilidad, pero a costa de mucho trabajo: "Los vecinos tienen ahora un punto de encuentro, pero este tipo de negocios requiere de mucha promoción. El 70 por ciento de los clientes te llegan a través de las redes sociales, el 20 por ciento por amistad y el 10 por ciento son gente de la zona", apunta Karoli.

Verónica Gutiérrez trabajaba en ArcelorMittal cuando puso en marcha el proyecto de "La Caleyuca". Hace un par de años decidió ir más lejos. Pidió una excedencia y, junto a su marido y su hija pequeña, se instalaron en La Güeria de Urbiés. "Compramos cuatro casas rurales que habían quedado sin uso e iniciamos una nueva vida", destaca mientras toma un café en la terraza de La Vallicuerra, el complejo que regenta en la zona alta de Turón y que recientemente ha recibido uno de los premios gastronómicos que concede el grupo de desarrollo de la Montaña Central: "El potencial es inmenso, con muchas rutas, paisajes estupendos y muy buena oferta hostelera y cultural en el entorno. Lo que hace falta es que se articulen paquetes turísticos que hagan que los visitantes se queden en el territorio y que no se limiten simplemente a ver algo concreto y marcharse".

Verónica Gutiérrez, en una de las casas de aldea.

Verónica Gutiérrez, en una de las casas de aldea. / David Montañés

Verónica Gutiérrez y Karoli Santiago defienden que la zona rural de las Cuencas tienen un gran potencial turístico. "Tenemos muchos clientes de Madrid, Barcelona o País Vasco. Se marchan todos encantados. Contamos con magníficos espacios naturales, una gran gastronomía y una ubicación estratégica que permite a los turistas moverse desde aquí a cualquier punto de la región", destacan. Valoran la zona alta de Turón como un paraíso para los amantes de los deportes de montaña y la tranquilidad. Ahora bien, tuercen el gesto cuando tienen que valorar el apoyo de reciben: "No basta con traer una exposición al pozo Santa Bárbara. Lo que el territorio necesita es dar una amplia oferta que aglutine todo tipo de actividades", señala Verónica Gutiérrez. "Cuando me instalé recibí muy poca ayuda. Los proveedores no me traían pedidos y no sientes el apoyo de las administraciones. Pagamos impuestos similares a los de Gijón y, en mi caso, he tenido hasta que comprar yo los cubos para que me recojan la basura", recalca Karoli. "Es necesario mejorar el mantenimiento de las sendas y acabar con la competencia desleal de quienes no pagan autónomos", remarca Gutiérrez.

Pese las dificultades, en La Güeria de Urbiés ha germinado una semilla en un suelo que hace tiempo que dejó de abonarse con carbón. "Es una maravilla poder vivir aquí y supone una gran satisfacción contribuir a dinamizar el pueblo de mis abuelos", subraya Verónica Gutiérrez.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents