Bodas, juicios y calabozos para conocer el funcionamiento de la justicia

Alumnos del IES Santa Bárbara visitan la sede judicial de Langreo, celebran un enlace civil y simulan un juicio tras recorrer el edificio, incluidas las celdas

Visitantes y anfitriones ante la Sede Judicial de Langreo

Visitantes y anfitriones ante la Sede Judicial de Langreo

David Orihuela

David Orihuela

Langreo

Aitana Carcedo y Jimena López quieren estudiar Derecho y hacer carrera judicial. Esta semana ha sido muy especial para ellas: han conocido de primera mano todos los detalles de lo que desean que sea su entorno laboral en un futuro. Además, este viernes sellaron un compromiso. Son matrimonio. Ellas fueron las protagonistas de una boda civil de ficción, celebrada en la sede judicial de Langreo. La ofició Paula Álvarez Arbesú, letrada de la administración de justicia. Testigos fueron dos compañeras de clase de cuarto de la ESO, e invitados el magistrado titular del juzgado número 3 de Langreo y responsable de la actividad, Héctor Fernández Sierra; el fiscal decano, Fernando Laserna, y la letrada de la administración de justicia del juzgado de lo penal de Langreo, Virgina Álvarez Buylla.

Foto de grupo de los participantes en la visita y los anfitriones ante la nueva sede judicial de Langreo.

Foto de grupo de los participantes en la visita y los anfitriones ante la nueva sede judicial de Langreo.

Ese enlace entre dos chicas sirvió a Héctor Fernández Sierra para darles algunas pinceladas sobre el Código Civil. Les explicó, por ejemplo, que "esto que habéis hecho, casaros dos chicas, no se podía hacer en España hasta 2005", cuando se aprobó la ley de matrimonio homosexual. Y para que fueran conscientes de lo importante que son las leyes, también les recordó que en España el aborto no fue legal hasta 1985. "Desde que vosotros nacisteis hasta ahora, y aún más si nos remontamos 20 años atrás, las cosas han cambiado mucho", aseguró Laserna.

El fiscal, la letrada y el magistrado hicieron de guías en un recorrido por todas las instalaciones de la nueva sede judicial de Langreo, que desde el pasado mes de noviembre agrupa a los tres juzgados que antes estaban dispersos por Sama. Durante el recorrido hubo tiempo para todo. Los chavales conocieron no solo la parte pública, sino las entrañas del edificio, incluidos los calabozos. "Estas puertas impresionan", reconocían al ver esos enormes cierres de hierro. En las celdas, prácticamente nuevas, aunque la actividad judicial ha sido intensa en Langreo en los últimos meses, ya han aparecido algunas pintadas en las que se puede leer "Nazi 42" o algunos nombres.

Los guías no obviaron absolutamente nada en la visita. Hasta llevaron a los estudiantes a sus propios despachos. Héctor Fernández invitó a las futuras estudiantes de Derecho a sentarse en la silla de su despacho, nada menos que en la silla de un magistrado. Además, él es un ejemplo cercano, estudió en el mismo instituto que lo hacen ellas.

El fiscal explicó a los chavales cómo hacen para interrogar a los menores. Los que están acusados de un delito son llevados al juzgado de menores, en Oviedo, pero aquellos que tienen que declarar en algún proceso lo hacen en una sala "amable", la "sala Gessel". "Están siempre acompañados de un psicólogo y los niños van jugando y hablando, una cámara sigue constantemente sus ojos y nosotros estamos al otro lado del cristal, ellos no nos ven", les detalló.

La visita concluyó con los alumnos simulando un juicio, haciendo los papeles de sus guías y con sus togas puestas. Tal vez no sean solo dos chicas de este curso las que acaben en la facultad de Derecho.

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