Mauthausen ya tiene tren de vuelta: Mieres rinde homenaje a las víctimas del nazismo
El concejo inicia su senda de adoquines en recuerdo de los deportados a campos de concentración rindiendo tributo a José Martínez, Avelino Álvarez, Ramiro Fernández y José Suárez

Mieres toma el camino de los adoquines de la memoria /
El terror recorre largas distancias cuando avanza propulsado por los fanatismos y el odio. Ni los más de 2.100 kilómetros que separan Mieres de Mauthausen evitaron hace ya más de 80 años que un grupo de vecinos del concejo, defensores de los valores democráticos, acabaran en uno de los más brutales campos de concentración de la Alemania nazi. El viaje lo hicieron abordo de un funesto tren que para la mayoría solo expidió billete de ida. El conocido como "Convoy de los 927" partió de Francia el 20 de agosto de 1940 con 923 españoles, 3 portugueses y un argentino. Los hombres mayores de 14 años, un total de 430, acabaron en Mauthausen, un lugar de barbarie del que la mayoría no saldría jamás. Entre ellos estaba José Martínez González, Pepe, el hijo pequeño de Virginia y Francisco, el encargado del economato de Bustiello. A partir de ese momento pasaría a ser solo un número, el prisionero 3884, desalmada designación que llevaría tatuada en su brazo hasta que su castigado cuerpo cedió ante las torturas y el hambre a las siete y media de la madrugada de 16 de septiembre de 1941. Tenía 27 años y su injusto sufrimiento quedó en el olvido, como el de muchos otros. Hasta ahora.

Familiares de José Martínez, ayer, posando con una fotografía antigua del homenajeado y el «stolpersteine» que ha quedado colocado en Bustiello. | D. M.
El Ayuntamiento de Mieres inició este sábado la campaña de colocación de 18 "stolpersteine", los pequeños adoquines con que quiere promover el recuerdo de las personas deportadas y, en muchos casos, asesinadas en campos de concentración nazi. Son los salvaconductos que, aunque lastimosamente tarde, permiten el regreso de quienes fueron suprimidos atrozmente por el fascismo. "Se trata de un tributo y un homenaje a la memoria de héroes y heroínas de la democracia y que acabaron perseguidos, deportados y condenados sin juicios ni garantías, expuestos a la represión, la tortura, el hambre, la miseria y en la mayoría de los casos a la muerte", señaló el alcalde de Mieres, Manuel Ángel Álvarez durante el acto de "regreso" a Bustiello de José Martínez González.
Una amplia representación de la familia de José Martínez acudió a Bustiello para participar en la emotiva colocación del adoquín que lo recordará para siempre en el histórico poblado minero, emblema del paternalismo industrial y Bien de Interés Cultural. Incluso sus descendientes directos vivieron durante muchos años ajenos a la historia que ahora resurge de la barbarie de Mauthausen. Pepe Rayón es sobrino de José Martínez, hoy día su familiar más cercano. Nació tres años después de su muerte: "Hasta que tuve 40 años no tuve noticias de la historia de mi tío. Un día mi madre se puso a llorar de pronto y nos la contó, aunque sin muchos detalles". José Martínez dejó en Mieres a seis hermanas y un hermano, que tuvieron que recordarlo en silencio. "Durante el franquismo aún había miedo y no se hablaba de estas cosas", lamenta la familia.
Paco Embil, nieto de una de las hermanas del joven republicano asesinado en 1941, pudo este sábado liberar una congoja familiar contenida durante décadas. Repasó con sentido pesar el viaje que emprendió a la fuerza su tío-abuelo a bordo de un vagón de ganado, sin agua ni alimentos, y que acabó en el campo de concentración en el que "le robaron su dignidad, el nombre, los apellidos y, al final, también la vida". Fue el peaje por enrolarse en las filas republicanas cuando el estallido de la guerra civil le asaltó haciendo el servicio militar.
Son 18 los deportados a campos de concentración nazis que contarán en Mieres con sus "stolpersteine". De momento, junto al dedicado a José Martínez , ya se han instalado otros tres. Homenajean a Avelino Álvarez Gutiérrez (El Tarronal), deportado a Buchelwald y posteriormente liberado, a Ramiro Fernández León (Cardeo), deportado y asesinado en Mauthausen, y a Juan José Suárez Álvarez (Ablaña), deportado y asesinado también en Mauthausen. La colocación de estos primeros cuatro adoquines de la memoria contó con la presencia de la viceconsejera de Derechos Ciudadanos, Beatriz González; la directora general de Memoria Democrática del Principado, Begoña Collado; la concejal Nuria Ordóñez, y de Balbina Rebollar como representante del Grupo Deportados Asturias.
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