Los allegados del joven fallecido junto al refugio de El Meicín, "devastados"

"Guille era una persona adorable, un encanto", afirma el entorno del montañero que perdió la vida tras un accidente

VÍDEO: Hallan muerto a un joven montañero de 28 años junto a un refugio en Lena tras buscarlo toda la noche

Guardia Civil

David Orihuela

David Orihuela

Tuiza (Lena)

El fallecimiento de Guillermo Abio, el montañero ilicitano de 28 años que el pasado miércoles fue encontrado muerto a 200 metros del refugio de El Meicín, en las Ubiñas, ha sido un enorme mazazo para quienes le conocían. “Guille era un encanto, una persona adorable”, afirma un amigo de la familia que conoce al pequeño desde que nació y que un día después de conocer la noticia aún no se podía explicar lo ocurrido. El fallecido, pese a su juventud, “era un montañero experimentado”, explica el hombre que asegura que “iba preparado para el mal tiempo”. Al chaval le pilló en la montaña un fuerte temporal y todo indica que decidió quedarse a dormir antes de llegar al refugio para o despistarse entre la niebla y el mal tiempo. Los equipos de emergencia encontraron el saco a 300 metros por encima del refugio de El Meicín, tenía atada la mochila, lo que hace pensar que el chico se echó a dormir y después salió del saco por alguna razón, tal vez a orinar, resbaló, cayó y se golpeó en la cabeza. “Es muy duro pensar que falleció a pocos metros del refugio”, dicen los allegados del joven que tenía previsto dormir la noche del lunes el El Meicín. Fue la titular del refugio, Tania Plaza, quien dio la voz de alarma después de recibir el martes una llamada de la madre del joven.

El fallecido, de 28 años de edad, había viajado a pasar unos días a Asturias y practicar senderismo. Guillermo Abio estudió Relaciones Internacionales y trabajaba en Madrid. Trabajaba como analista del Centro de Seguridad Internacional de la Universidad Francisco de Vitoria. Sus principales áreas de investigación eran la geopolítica energética y la región mediterránea en su conjunto. En Elche, estudió en el instituto de La Asunción y en el colegio público El Palmeral. Su fallecimiento ha causado una profunda conmoción en la localidad ilicitana, donde sus padres, jubilados hace relativamente poco, ejercieron de profesores de instituto.

Guillermo se había instalado en Madrid “y le iba muy bien, estaba muy contento y se lo merecía después de mucho esfuerzo”, explican desde su entorno. Amigos y allegados que aún no se creen la fatalidad que se ha llevado la vida del joven en la montaña asturiana.

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