Las Ubiñas, un peligroso paraíso para los montañeros: se ha cobrado la vida de 28 personas en medio siglo

La meteorología inestable y las rocas sueltas hacen muy peligroso el macizo en el que la semana pasada falleció el ilicitano Guillermo Abio, de 28 años

Operativo de rescate del cuerpo de Guillermo Abio en el entorno del refugio de El Meicín

Operativo de rescate del cuerpo de Guillermo Abio en el entorno del refugio de El Meicín / SEPA

David Orihuela

David Orihuela

Tuiza (Lena)

El macizo de Las Ubiñas, en Lena, se cobraba esta Semana Santa una nueva vida, la del joven montañero ilicitano Guillermo Abio, de 28 años de edad. Su cuerpo fue encontrado a 200 metros del refugio de El Meicín, en Tuiza (Lena). El joven es el último deportista que ha perdido la vida en una de las montañas más queridas y transitadas por los montañeros asturianos y leoneses, también por los que visitan la región. El macizo cuenta con 45 cimas que superan los 2.000 metros de altitud, lo que le hace muy atractivo para los amantes de la montaña. Además, un deportista puede estar en las estribaciones de este gran muro calizo en apenas una hora partiendo desde cualquiera de las principales poblaciones del centro de Asturias.

Todo ese atractivo y su cercanía hace que la zona sea una de las más transitadas por los montañeros y por los excursionistas que en ocasiones pueden acudir hasta ella con una falsa sensación de seguridad. El macizo de las Ubiñas tiene varias características que lo convierten en un lugar cuando menos complicado, si no directamente peligroso. Lo primero, los expertos consideran Ubiña, alta montaña. No es un lugar para ir a pasear sin el equipo adecuado. Además, en esta zona, en plena Cordillera Cantábrica, la meteorología es muy inestable. Las condiciones pueden cambiar en apenas unos minutos y lo que era un precioso día de sol puede tornar en una jornada de invierno con apenas visibilidad, frío, lluvia o nieve. Esto enlaza con lo anterior, hay que llevar ropa de abrigo cualquier día del año.

Otro de los peligros de la zona es la inestabilidad del terreno. Hay muchas rocas sueltas y eso puede provocar dos tipos de accidentes, por un lado, un montañero puede sufrir un golpe por el desprendimiento de alguna roca pero también puede sufrir un resbalón que, como ha ocurrido en numerosas ocasiones, puede acabar con gravísimas consecuencias, incluso con la muerte de la persona. Es lo que parece que le ocurrió a Guillermo Abio durante la noche del pasado lunes, cuando tenía previsto dormir en el refugio de El Meicín, al que nunca llegó.

El ilicitano es el último de los fallecidos el macizo de Las Ubiñas, hace el número 28 de los deportistas que han perdido la vida en la zona en los últimos 50 años, desde la entrada en funcionamiento del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil de Mieres, que son los encargados de las actuaciones en la zona, junto al grupo de rescate del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) y sus homólogos de la vertiente leonesa.

Guillermo Abio es la segunda víctima mortal de este 2025 en el parque natural de las Ubiñas. El pasado 9 de febrero, Iago Melón, escalador vigués de 47 años, fallecía tras sufrir una caída en la vertiente leonesa de Peña Ubiña, en el municipio de San Emiliano. Llevaba practicando montañismo y espeleología toda la vida y contaba con una gran experiencia en este tipo de rutas. Se da la circunstancia de que el escalador murió en la misma zona que su padre, José Ramón Melón, fallecido en 1994 mientras descendía Peña Ubiña

Entre las horas más trágicas de Ubiña se cuenta la jornada del día de Reyes de 2004. En apenas 20 horas murieron tres personas, el lenense Enrique Valencia, que falleció el 6 de enero, y la pareja de profesores Rosa López y Avelino Díaz, que perdieron la vida el 7 de enero cuando descendían del pico Fariñentu.

La muerte del último fallecido en la zona, el joven Guillermo Abio, que se encontraba en Asturias de vacaciones, ha causado un profundo dolor entre sus allegados. "Guille era un encanto, una persona adorable", afirma un amigo de la familia que conocía al chico desde que nació y que un día después de conocer la noticia aún no se podía explicar lo ocurrido. El fallecido, pese a su juventud, "era un montañero experimentado", explica el hombre que asegura que "iba preparado para el mal tiempo".

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