Entrevista | Alfonso Fanjul Peraza Arqueólogo

"El castillo de Tiós nos puede dar información valiosa sobre Asturias"

"En la región tenemos catalogados cientos de castros, pero la investigación arqueológica va muy despacio y queda aún mucho por saber"

ALFONSO FANJUL PERAZA

ALFONSO FANJUL PERAZA

Pola de Lena

Alfonso Fanjul Peraza es doctor en arqueología por la Universidad Autónoma de Madrid y desde hace tres lustros excava por toda Asturias para desenterrar la historia de la región. Reputado investigador, se ha especializado en la arqueología castreña. Siguiendo esas huellas, acaba de descubrir que lo que durante décadas se ha considerado el "castro" de Tiós, en Lena, es en realidad un castillo del siglo VIII. Surgen de inmediato preguntas sobre el pasado, presente y futuro del yacimiento.

¿Qué conocimiento previo había del asentamiento existente en Tiós?

Son lugares catalogados ya por José Manuel González entre los años 60 y 70. En este caso estaba incluido en una lista de yacimientos fortificados, supuesto castro, pero sin más.

¿Se puede interpretar que hasta ahora no se sabía con exactitud lo que hay enterrado?

Exacto. Es algo que pasa en muchos sitios, que tenemos catalogados como fortificaciones, pero que no tenemos un contexto claro de a qué época pertenecen. En Asturias, a diferencia de otras regiones donde aparecen materiales en superficie, el terreno y la vegetación hacen que no sea frecuente encontrar hallazgos en superficie que te pueda dar alguna idea, con algún fragmento de cerámica u otro tipo de elemento de interés. Es decir, hay muchos sitios que se han catalogado preventivamente y de forma correcta como castro, pero que pueden esconder otras realidades fortificadas.

¿Tenemos muchos tesoros enterrados en Asturias por descubrir? ¿Hay poco interés por la arqueología?

Tenemos catalogados cientos de castros, pero la investigación arqueológica va muy despacio, poco a poco. Tiene otros ritmos y hay diferentes equipos. Pero debo responder que sí, que nos queda mucho por saber. Pensamos que sabemos casi todo y ya ve, nos faltan incluso la cronología básica de la gran mayor parte de los asentamientos.

¿Cómo se originó la investigación de Tiós?

A través del proyecto "Pintaius", que realiza Jorge Oca, se decide incluir una vertiente arqueológica, sobre todo enfocada a conocer los yacimientos fortificados existentes en el valle del Huerna que pudieron estar vinculados a este soldado de comienzos del siglo I. Otro de los fines era la puesta en valor mediante la señalización y la cronología. El trabajo busca que la gente que visite estos lugares catalogados pueda encontrar algún tipo de información sobre los mismos.

¿Se puede decir ya sin sombra de duda que la fortificación de Tiós es un castillo? ¿Cuál se su estado de conservación?

Es un castillo, sí. Se conserva ahora mismo lo que es el foso defensivo de la fortificación, al igual que los restos de las murallas, los derrumbes más bien. Podemos ver a través de la topografía por dónde estaba situada la muralla. Seguramente, si se excava en el recinto, saldrá la base de la misma. Ahora mismo lo más visible es realmente el foso artificial de acceso al recinto.

¿Qué nivel de enterramiento y deterioro sufre el yacimiento?

Los restos arqueológicos están cubiertos por la vegetación, principalmente, y también hay algo de tierra.

¿Sería dificultoso desenterrarlo?

El sitio no se ha excavado nunca y tienes una capa de tierra potente y de derrumbes antes de llegar a los niveles arqueológicos y a las estructuras. La recuperación requeriría de bastante trabajo.

¿Valdría la pena el esfuerzo?

Lo que pasa es que ahora mismo el proyecto todavía no ha completado una primera fase. Nos quedan varias campañas. El objetivo es datar cada año uno de los castros del Valle de Huerta. Hemos decidido que los debates sobre actuaciones posteriores, como posibles puestas en valor mediante excavación, deben hacerse al final, cuando tengamos una visión de conjunto de todos los yacimientos.

¿De cuánto tiempo hablamos?

Pues tenemos por analizar otros tres castros, localizados en Jomezana, Reconcos y en Zurea. Por tanto, hasta 2028 posiblemente no toque hablar de excavaciones. Insisto en que la arqueología va a unos ritmos muy lentos. Primero datación y luego toca recoger los resultados científicos de cada una de esas intervenciones. A partir de ahí, sí se puede plantear otra segunda fase. Que ya sería de puesta en valor o de seleccionar qué yacimiento es el más interesante, el más accesible al público… Habrá que ver muchos factores.

Entonces, ¿puede haber más castillos en el Huerna?

Acabamos de dar el primer paso y no nos atrevemos a hacer conjeturas. Lo que pretendemos es seguir recogiendo mucha información valiosa para el mejor conocimiento de la historia de Asturias, de la región.

¿Por qué es importante el castillo de Tiós?

Porque como fortificación del siglo VIII, como castillo, solo tenemos en Asturias los niveles tapados de Gauzón. Por lo tanto, aunque son intervenciones muy pequeñas las que estamos haciendo, creo que junto a la datación siempre van a surgir más datos, de analíticas, y por lo tanto es interesante. La datación nos lleva a los primeros años del siglo VIII y habría un primer momento de ocupación en el mundo tardorromano, al igual que ocurre en la mayoría de las fortificaciones de esa época, como por ejemplo Gauzón. Es decir, todas tienen un pequeño momento de ocupación a finales del mundo romano, pero el castillo como tal se forma, en este caso, desde el siglo VIII.

¿Futuras investigaciones podrían hacer un seguimiento de la toda la historia del castillo?

Claro. Y la investigación nos podría dar también a entender hasta cuándo estuvo ocupado el castillo. De momento las cronologías nos dicen que pudo tener uso hasta siglos XII y XIII. Hasta los comienzos de la Baja Edad Media, época en que todo indica que la vida en el castillo desapareció. La investigación podría llegar a explicar por qué se abandonó la vida en el castillo, pero de momento nuestra intervención ha sido muy pequeña.

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