Descubre los adoquines que evitan volver a tropezar con el fascismo

El Ayuntamiento de Mieres inició en marzo la campaña de colocación de 19 "Stolpersteine", pequeños adoquines con los que se busca promover el recuerdo de las personas deportadas y, en muchos casos, asesinadas en campos de concentración nazis. Son los salvaconductos que, aunque lamentablemente tarde, permiten el regreso de quienes fueron suprimidos atrozmente por el fascismo. "Cuando menos, es algo justo y útil", señala Amador Fernández, sobrino de Prisciliano García, una de las ocho víctimas del nazismo que desde ayer han vuelto a tener presencia en las calles de su Mieres natal.

La segunda ronda de colocación de "Stolpersteine" en Mieres contó con la presencia del artista alemán Gunter Demnig, promotor de este proyecto reparador, con más de más de 75.000 adoquines colocados en más de 20 países. "Cada vez que pongo uno siento algo muy especial. Para mí no es una rutina. Es muy importante asumir la responsabilidad de lo ocurrido y alzar la voz contra la injusticia social y moral".

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Tras la primera intervención de marzo en la zona rural, ayer se colocaron ocho "Stolpersteine", todos ellos en el casco urbano. Son los que recuerdan al ya citado Prisciliano García , y a Luis Braña Álvarez, Victoriano Cuadrado Iglesias, Ignacio Iglesias Suárez, María Leonor Rubiano Fernández, José Sánchez Llaneza, Benigno Martínez y Manuel Avelino Canga Fernández. El evento, organizado por la Dirección General de Memoria en colaboración con el Ayuntamiento de Mieres, contó con la presencia del consejero de Ordenación del Territorio, Urbanismo, Vivienda y Derechos Ciudadanos, Ovidio Zapico; la viceconsejera de Derechos Ciudadanos, Beatriz González Prieto; el alcalde de Mieres, Manuel Ángel Fernández, y la directora general de Memoria, Begoña Collado. También asistieron representantes del grupo Deportados Asturias y familiares de las víctimas homenajeadas. Beatriz González defendió la importancia de este tipo de actos de "verdad, justicia y reparación" con las víctimas y sus familias. Criticó que en algunos sectores "levanten ampollas" cuando "se está homenajeando a quienes fueron asesinados por sus valores democráticos". González ha considerado que los más ofendidos por este tipo de actos de reparación son los miembros del partido de ultraderecha: "El programa de Vox es el del terror y el suyo es un proyecto de dolor".

El proyecto tiene como objetivo mantener viva la memoria de las víctimas del nazismo, de quienes fueron deportados o asesinados en los campos. Es un trabajo que se realiza a mano y de manera individualizada, para contraponerlo al holocausto masivo nazi. Cada piedra lleva una placa donde están grabados el nombre de la persona, su fecha de nacimiento, la fecha de deportación o arresto, y la fecha y lugar de su muerte. Suelen colocarse frente al lugar de nacimiento o el último lugar de residencia de la víctima.