Los "soldados" Pérez y Domínguez frenan la invasión de la velutina en Mieres: 3.000 nidos destruidos en cinco años

Dos voluntarios de Protección Civil han capturado además con trampas más de 40.000 ejemplares

Por la izquierda, Miguel Pérez y Pedro Domínguez, colocando trampas en Figaredo. | D. M.

Por la izquierda, Miguel Pérez y Pedro Domínguez, colocando trampas en Figaredo. | D. M.

Mieres del Camino

Asturias siempre ha sido un territorio difícil de conquistar, pero hace poco más de una década un belicoso enemigo llegó volando desde Asia. Desde entonces, en cada rincón de la región se libran batallas con el agresivo invasor, que en algunos casos ha demostrado sobrada capacidad para poner incluso en peligro la vida humana. En esta guerra no faltan héroes, "soldados" que deciden ir mucho más allá de su obligación al constituirse en primera linea de resistencia. Pedro Domínguez y Miguel Pérez son dos voluntarios de Protección Civil que han frenado en Mieres el peligroso avance de la avispa velutina. En más de una ocasión han necesitado atención médica por las picaduras. "Como te ataquen en grupo estas perdido, más vale que no seas alérgico", indica esta pareja de exterminadores.

Miguel Pérez, disparando a un nido de avispas cerca de Paxío.

Miguel Pérez, disparando a un nido de avispas cerca de Paxío.

Protección Civil asumió hace un lustro en Mieres el encargo de controlar la creciente población de avispa velutina. La difícil tarea fue asignada a Domínguez y a Pérez, quienes han desarrollado una estrategia basada en dos frentes de contención. Por un lado, están las campañas de trampeo, que abordan anualmente justo por estas fechas. Este año acaban de concluir la labor, con más de 200 trampas instaladas. "En estos cinco años de actividades calculamos que hemos atrapado unos 40.000 ejemplares", estiman. A partir de ahora empieza la tarea de eliminar nidos. Hasta junio, serán cientos las guaridas que desarmarán. "En el caso de los nidos calculamos que en el concejo hemos eliminado ya más de 3.000".

Pedro Domínguez y Miguel Pérez son el azote de la avispa asiática, dos exterminadores tenaces que no desfallecen ante un enemigo que tampoco cede un metro del terreno conquistado: "Es difícil valorar en qué situación nos encontraríamos sin el trabajo de haber eliminado más de 3.000 nidos, pero lo que esta claro es que estos insectos se propagan con enorme facilidad y son peligrosos".

Cada temporada Protección Civil elimina alrededor de 700 guaridas. Es un trabajo extenuante para la brigada. El servicio tiene dos sistemas para acabar con los nidos, y la dotación con sede en Nuevo Santullano no ha dejado de actualizar los métodos que emplea diariamente en su lucha contra la avispa asiática. Por un lado, están las pértigas que permiten colocar explosivos en los nidos construidos, por regla general, en zonas altas de los árboles. Más recientemente, han pasando a disparar veneno a los habitáculos, adaptando escopetas de perdigones. El procedimiento es posible gracias a un sistema de proyectiles caseros desarrollado por el propio personal. "Últimamente ya casi todo se hace con escopeta, salvo casos puntuales en que se precisa de la pértiga", señala Domínguez.

La avispa velutina instala sus nidos por lo general en zonas altas, sobre todo en los árboles. "La realidad es que anidan en cualquier sitio y es habitual encontrar guaridas en tejados de casas, en cuadras y hasta en el interior de cocheras. Les basta unos pocos días para construir el nido", explica Miguel Pérez. Ahora bien, a los integrantes de la brigada que combate en Mieres a la conocida como "avispa asiática" no son las guaridas aéreas las que más les inquietan. "El gran problema son los nidos que se instalan en el suelo y que proliferan más de lo que la gente piensa", explica Pedro Domínguez. "El peligro es enorme cuando la gente está desbrozando una finca. Es muy fácil que se lleven por delante uno y, en esos casos, están perdidos, ya que no tienen tiempo de escapar y en cuestión de segundos pueden estar llenos de picaduras".

La batalla en Mieres contra la velutina es cruenta, pero por suerte no requiere de un aumento del gasto en armamento. Protección Civil elabora sus propios proyectiles de veneno. Con el tiempo, también han encontrado la pócima que hace que las avispas "asiáticas" caigan como moscas. "Para las trampas basta con un brebaje de agua, azúcar y levadura, aunque hay quien le echa sidra o vermut, pero realmente no es necesario". Los "soldados" Domínguez y Pérez son peor que una resaca para la velutina.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents