Trescientos peregrinos recorrieron la "Senda de los 20.000 pasos", con entrega de un premio en Bueño al botánico Tomás Díaz

Los participantes realizaron la ruta entre la Catedral de Oviedo y el Monsacro, "etapa cero" del Camino de Santiago, y entregaron el "Cardo de Honor" al catedrático de la Universidad de Oviedo

Los senderistas posan en La Foz de Morcín con el Monsacro de fondo, una vez finalizada la senda de los veinte mil pasos. | FERNANDO DELGADO

Los senderistas posan en La Foz de Morcín con el Monsacro de fondo, una vez finalizada la senda de los veinte mil pasos. | FERNANDO DELGADO

Fernando Delgado

Fernando Delgado

Oviedo / Monsacro

Año tras año se incrementa el número de peregrinos que recorren la denominada "Senda de los 20.000 pasos" entre la Catedral de Oviedo y el Monsacro, una iniciativa de la asociación Amigos del Monsacro en colaboración con los ayuntamientos de Oviedo, Ribera de Arriba y Morcín.

Por la izquierda, Rosslyn Harvey, australiana de Melbourne; Tomás Emilio Díaz, tras recibir el «Cardo de Honor» de manos de Mino García, y el ovetense Manolo Fidalgo, de 83 años, senderista de mayor edad | FERNANDO DELGADO

Tomás Emilio Díaz, tras recibir el «Cardo de Honor» de manos de Mino García. / Fernando Delgado

En esta edición, trescientos senderistas tomaron la salida a las ocho de la mañana del pasado sábado en la plaza de la Sancta Ovetensis camino de la montaña sagrada de Morcín, donde estuvieron guardadas las reliquias que ahora se custodian en la Cámara Santa. Precisamente, este año se conmemora el 950.º aniversario de la apertura del Arca Santa, que tuvo lugar el 13 de marzo de 1075.

Último tramo de la subida al Monsacro, conocido como «las zetas», con Santa Eulalia de Morcín abajo y Oviedo al fondo.  |

Rosslyn Harvey, australiana de Melbourne. / Fernando Delgado

Alfredo García Quintana, concejal de Turismo del Ayuntamiento de Oviedo; Mino García, alcalde de Morcín; y Eulalia Vázquez, teniente alcalde de Ribera de Arriba, fueron las autoridades encargadas de cortar la cinta en la salida de esta tradicional ruta considerada como la etapa cero del Camino de Santiago.

Trescientos peregrinos por la senda de los 20.000 pasos

Manolo Fidalgo, de 83 años, senderista de mayor edad. / Fernando Delgado

Los ediles estuvieron acompañados por integrantes de Amigos del Monsacro y por representantes de los colectivos que colaboran durante el recorrido: la Asociación Cultural de Bueño y el grupo deportivo Riberano, en Ribera de Arriba; y la asociación juvenil Monsacro y la asociación de mujeres "So La Malena", en Morcín.

Trescientos peregrinos por la senda de los 20.000 pasos

Último tramo de la subida al Monsacro, conocido como «las zetas», con Santa Eulalia de Morcín abajo y Oviedo al fondo. / Fernando Delgado

Cada senderista recibió una cantimplora azul con los distintivos de los tres concejos y una gorra con el logotipo de Amigos del Monsacro. Tras cruzar el parque de Invierno y realizar la primera parada de reagrupamiento en la antigua estación de La Manjoya, los peregrinos siguieron hasta Bueño, donde tuvo lugar el primer avituallamiento en el recinto de la Central Artística, donde se les entregó un "bollu preñau", una casadiella y una botella de agua.

Durante esta parada tuvo lugar el acto de entrega del "Cardo de Honor del Monsacro" a Tomás Emilio Díaz, catedrático emérito de Botánica de la Universidad de Oviedo, por su contribución a un mayor conocimiento de la montaña sagrada. El homenajeado fue glosado por José Avelino Gutiérrez, catedrático de Arqueología, y recibió de manos de Mino García, alcalde de Morcín, la obra del artesano David González y del pintor Félix de Piñera que reconoce anualmente a aquellas personas que hayan destacado por su apoyo al Monsacro.

A continuación, se reinició la marcha hasta llegar a Argame, localidad donde se reagruparon de nuevo para afrontar el tramo más complicado por el arcén de la carretera Nacional 630 hasta Santa Eulalia de Morcín. Durante este trayecto, los senderistas fueron acompañados por miembros de Protección Civil de Mieres y por una ambulancia de Transinsa. En la capital de Morcín disfrutaron de un segundo avituallamiento a base de piezas de fruta, dulces y botellas de agua.

La subida

Hasta aquí todo llano, pero a partir de Santa Eulalia comienza la ascensión por Les Bolíes hasta La Collá, localidad del último avituallamiento antes de afrontar la zigzagueante y parte más dura de la subida al Monsacro por la ladera norte de tan sólo dos kilómetros, pero de gran pendiente.

En la Collá, ante las predicciones climatológicas adversas, la mayoría de los senderistas descendieron hasta La Foz de Morcín, mientras otro grupo más reducido, de unos cincuenta peregrinos, afrontó la subida tras aparecer algún tibio rayo de sol que pronto dio paso a una fina lluvia e intensa tormenta que, junto con la niebla, dificultó la ascensión hasta el mayáu de las capillas.

En la cima, todos se refugiaron en la capilla de abajo, conocida también por su advocación a la Virgen de la Magdalena. Allí, el arqueólogo José Avelino Gutiérrez impartió una clase magistral sobre el Monsacro, que fue seguida con mucha atención por sus intrépidos alumnos, entre ellos, el ovetense Manolo Fidalgo, de 83 años, el senderista de mayor edad, y Rosslyn Harvey, australiana de Melbourne, que quedó impactada por la magia del Monsacro.

Finalmente, descendieron por la ladera este hasta el pueblo de Los Llanos para bajar hasta La Foz de Morcín, donde les esperaban el resto de senderistas y las mujeres de "So la Malena" para darles calor con un café muy caliente y unos exquisitos frixuelos caseros.

Cada participante recibió un diploma personalizado de su participación con la firma de los alcaldes de Oviedo, Ribera de Arriba y Morcín. A las seis de la tarde, retorno a Oviedo en autobuses fletados por la organización. Así finalizó este particular vía crucis conocido como "La senda de los veinte mil pasos" o "etapa cero" del Camino de Santiago entre la Catedral de Oviedo y el Monsacro.

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