Habla la familia del anciano de 97 años localizado en Aller tras caer en un zarzal y pasar varias horas desaparecido: "Nos temimos lo peor"

Rodrigo Braña, de 97 años, cayó a un matorral cuando iba a su huerta y fue encontrado ileso siete horas después por unos vecinos

Rodrigo Braña, tras ser evacuado, llega a Casomera en el quad que conduce Víctor González.

Rodrigo Braña, tras ser evacuado, llega a Casomera en el quad que conduce Víctor González.

Andrés Velasco

Andrés Velasco

Casomera (Aller)

La de Rodrigo Braña es una de esas historias que raras veces terminan bien. Una persona mayor, de casi 97 años, que desaparece una tarde de casa, en un entorno rural, con el río cerca... Pero la fuerza vital de este allerano, afincado en Casomera, unido al trabajo de familiares, vecinos, Guardia Civil y Bomberos, hizo que fuera hallado con vida. "Estaba asustado, y todavía está cansado y un poco débil", apunta su yerno, Gaspar Lobo, horas después de haberlo encontrado. "La verdad es que hubo momentos que temimos lo peor", confiesa.

Lobo explica que Rodrigo Braña "salió como siempre a pasear, hacia las 5 de la tarde" del pasado viernes. Pero tras un par de horas, en las que debería haber vuelto a casa, lo echaron en falta. Rodrigo había salido con un hacha y su cayáu en dirección a La Paraya, donde tiene una finca. Lo hacía con la idea de cortar algo de leña. Sin embargo, en mitad del sinuoso camino tropezó y se cayó.

Víctor González y David Castañón, ante una de las vallas que atravesaron para buscar al anciano por las huertas de la zona.

Víctor González y David Castañón, ante una de las vallas que atravesaron para buscar al anciano por las huertas de la zona.

Pese a tener la cabeza "lúcida como un reloj", los 97 años hicieron que el hombre no se pudiera levantar, y tampoco pedir ayuda. "Al ver que no venía, empecé a buscarlo yo solo por las zonas en las que suele dar el paseo", explica Gaspar Lobo. Sin embargo, al no dar con él y ver que entraba la noche, avisó a los vecinos y al Servicio de Emergencias del Principado. Tanto los habitantes de Casomera como de pueblos de los alrededores comenzaron una intensa batida.

Horas de búsqueda

Uno de los que participó en la búsqueda fue David Castañón, quien finalmente daría con el nonagenario. "Cuando nos dijeron lo que había pasado nos organizamos y miramos por todos los rincones del pueblo, los montes, el río", rememora. Fueron horas de búsqueda que parecieron días.

"Era más de media noche cuando lo encontramos", explica. Esto supone casi 7 horas desde que el hombre salió de casa. Castañón iba en grupo con Andrés García. "Estuvimos mirando todas las huertas del camino, varias veces, y ni rastro...", explica. Incluso minutos antes de encontrarlo, se cruzaron con otro grupo de rastreadores que venía de esa misma zona, que decían no haberlo visto. El angosto camino por el que estaban buscando hacía pensar que una persona de la edad de Rodrigo no habría podido pasar por ahí. Pero nadie cesó en el empeño de buscarlo.

David Castañón muestra la zona en la que encontró a Rodrigo Braña.

David Castañón muestra la zona en la que encontró a Rodrigo Braña. / A. Velasco

Ya de noche cerrada, y solo con la ayuda de linternas, David Castañón y Andrés García oyeron un ruido en una bifurcación. "Dimos un grito y volvimos a escuchar el ruido", explica. El instinto hizo que saltaran la sebe y encontraran, a pocos metros y sobre una mata, a Rodrigo Braña. "Estaba despierto, pero algo desorientado y asustado", explica el joven, que detalla que el anciano no había soltado ni el cayáu ni el hacha. "Por si acaso", les murmuró al rescatarlo. Tras romper la sebe entre los vecinos, lo evacuaron hasta montarlo en un quad que conducía Víctor González.

"Susto tremendo"

La noche fue larga para la familia de Rodrigo Braña, especialmente para su hija Lucía y su yerno Gaspar Lobo, que son quienes ahora mismo lo cuidan. "Hemos dormido poco, porque llevamos un susto tremendo", afirma el hombre, que destaca de su suegro el carácter vitalista. "Siempre quiere estar haciendo cosas y salir, pero no se da cuenta de que tiene 97 años", dice.

Pese al susto, Rodrigo Braña no tuvo que pasar ni siquiera la noche en el hospital. "Ha dormido y comido poco, pero está bien", afirma su yerno. Ahora, por precaución, le pondrán un reloj con GPS. "Porque seguro que va a querer seguir yendo a la huerta", finaliza.

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