El Maravayu lleva soltados tres millones de alevines de trucha fario en un lustro

Los pescadores, que comparten una suelta con alumnos del IES Valle de Aller, reclaman al Principado y a la Confederación limpiar la maleza de las orillas del río

El alumno Izan Grandal suelta alevines desde un cubo en el río Aller. | A. VELASCO

El alumno Izan Grandal suelta alevines desde un cubo en el río Aller. | A. VELASCO

Andrés Velasco

Andrés Velasco

Moreda (Aller)

Más de tres millones de alevines en un lustro. Ese es el balance de las repoblaciones llevadas a cabo por la asociación de pescadores de El Maravayu, en Aller. Un colectivo que se dedica a la cría de trucha fario, una raza autóctona allerana, que posteriormente liberan tanto en el propio concejo, como en Lena o Ribera de Arriba. Este martes organizaron una suelta de más de 100.000 alevines y para ello contaron con una colaboración muy especial: los alumnos de 1.º de ESO del IES "Valle de Aller".

Sabino Monje es el responsable de El Maravayu. "Estamos satisfechos con las repoblaciones, tenemos ahí el problema del cormorán, pero llevamos tres millones de alevines soltados en los últimos cinco años, y vemos que en el río hay truchas", apunta. Monje también pone sobre la mesa algunos problemas con los que se encuentran los pescadores en Aller.

"Llevamos años reclamando que se limpie, pero el Principado dice que es cosa de la Confederación Hidrográfica, y viceversa. Y la conclusión es que los pescadores, tanto los alleranos como los que vienen de fuera, al final no tienen por donde entrar al río porque está lleno de maleza", apunta el responsable de El Maravayu, que también lamenta el descenso del número de pescadores: "Tenemos uno de los mejores ríos de Asturias y entre el problema de la maleza y la pérdida de aficionados por un cambio generacional, no se está aprovechando".

Los alumnos esperan porque les den los alevines para la suelta.

Los alumnos esperan porque les den los alevines para la suelta. / A. Velasco

Escolares

Sin embargo, la jornada de este martes supuso un bálsamo, tanto para los pescadores como para los niños. Diego Fernández, jefe de estudios del IES Valle de Aller, que coordina el proyecto "Educando para la Sostenibilidad y la Promoción de la Salud", del que formó parte esta suelta de alevines, explica que "estuvimos toda la mañana limpiando y quitamos todas las colillas que había porque también lanzamos de forma paralela una campaña para invitar a los fumadores a dejarlo y a no tirar las colillas al suelo", explicó el docente.

Los grandes protagonistas de la jornada fueron los escolares. Salieron del instituto con sus cubos de agua, dispuestos a recibir en ellos los alevines que luego depositarían en las orillas del río Aller. Fueron una veintena los estudiantes que participaron en la suelta de unos alevines que el pasado diciembre vieron desovar. Algunos de los alumnos, como Izan Grandal, también son pescadores. Algunos con más soltura y otros con menos, fueron dejando a las crías de trucha fario en el agua del río Aller. En un par de años, cuando crezcan, quizás alguna acabe en el plato de alguno de ellos.

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