Las estaciones de Cercanías en Langreo nacen cojas: problemas de accesibilidad en las instalaciones recién estrenadas por el soterramiento
Los accesos a la parada subterránea de La Felguera carece de paso de peatones en una calle con mucha circulación, y en la de Sama no funciona el ascensor

Un tren llega a la estación de Sama. / Juan Plaza

El pasado 8 de junio los trenes comenzaron a circular por el soterramiento ferroviario de Langreo y el municipio estrenó dos estaciones nuevas de la línea de ancho métrico, la antigua FEVE, Gijón-Laviana, la de La Felguera-Nuevo Langreo, en el entorno de Valnalón, y la de Sama-Los Llerones. Hasta ahí, todo el orden pese que se tuvo que esperar 16 años para finalizar las obras. El problema surge cuando los usuarios quieren acceder a esas estaciones. Ahí la cosa se complica. La estación de Nuevo Langreo está soterrada y si falla el ascensor, cualquier usuario con movilidad reducida lo tendría muy complicado para bajar por las empinadas escaleras. Pero no solo eso, porque solo llegar a la estación supone un peligro: hay que cruzar una calle muy transitada, Francisco Ferrer, justo en el entronque con la calle La Teyerona. Los usuarios no tienen un paso de peatones que garantice mínimamente su seguridad, ya que tienen que cruzar la calle con mucha precaución por si viene algún coche.
Además, en la calle Francisco Ferrer sólo hay acera en uno de los lados. En el que se sitúa la estación continúa la valla de obra del soterramiento, ya que son terrenos liberados que deberán ser urbanizados. "Aquí vinieron unos palmeros a inaugurar algo, pero los accesos son un peligro constante para los usuarios", denuncia Xuacu de Hoyos, portavoz de la Plataforma por el Soterramiento de Langreo, que añade además que "las dos plazas de aparcamiento reservadas para personas con movilidad reducida no tienen ninguna maniobrabilidad ni visibilidad, tienen que salir de culo a la carretera".

Usuarios cruzan hacia la estación de La Felguera sin pasos de peatones. / D. Orihuela
Avería
La otra estación recién inaugurada, la de Sama-Los Llerones, entró en funcionamiento en la misma fecha y a los pocos días el ascensor se estropeó. "Quien quiera coger el tren tiene que bajar 33 escalones", apunta el portavoz de la plataforma, que señala también que una de las máquinas expendedoras de billetes, la del andén en dirección a Laviana, "está averiada, lo que obliga a tener uno de los tornos abierto permanentemente". De Hoyos insiste en que "lo abrieron porque tenían que abrirlo, pero las deficiencias se ven claramente". Pide también "más vigilancia " en la estación de Los Llerones. En los primeros días los usuarios aplaudieron que tras 16 años entrara en funcionamiento el soterramiento, pero según fueron acudiendo a las estaciones iban encontrando deficiencias de las que ahora se hace eco la plataforma.
La entrada en servicio del nuevo trazado ferroviario se ha presentado como un hito urbanístico para Langreo, con el desarrollo (todavía pendiente de inicio) de los terrenos liberados por las vías, con la creación de un gran bulevar, una carril-bici y zonas verdes. También significa un cambio de paradigma en la gestión de las cercanías de la antigua FEVE en la cuenca del Nalón y, por extensión, en la región, con la incorporación de nuevos servicios semidirectos que acortarán el viaje. La línea Gijón-Laviana se convertirá en un campo de pruebas para exportar este modelo a otros recorridos de la región.
Tiempos
La línea ofrece ahora doce trenes semidirectos al día (seis en cada sentido). El viaje hasta Gijón dura poco más de una hora (66 minutos) frente a los 79 minutos del trayecto con todas las paradas. Desde La Felguera a Gijón se emplean 46 minutos, un ahorro de 8 minutos. Desde Gijón a Laviana, el viaje normal dura 83 minutos, mientras que el tren semidirecto hará el recorrido en 68 minutos.
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