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Hablan los testigos de cómo "El Cuervo" destrozó en Mieres el apacible nido de una familia con dos discapacitados: "Nadie hizo nada mientras les obligaban a vivir sin dignidad"

Los allegados a los hermanos impedidos que fueron maltratados y robados en Mieres denuncia la pasividad institucional: "Sentimos desamparo"

Estado en el que «El Cuervo» dejó el piso de la calle Aller. | DAVID MONTAÑÉS

Estado en el que «El Cuervo» dejó el piso de la calle Aller. | DAVID MONTAÑÉS / David Montañés

Mieres del Camino

El más problemático de los delincuentes multirreincidentes que en los últimos años ha operado en el submundo de la droga de Mieres se encuentra fugado de la justicia. Todo apunta, sin embargo, a que no tardará en caer en manos policiales. En cuanto sea detenido, ingresará de inmediato en prisión, y su primera cita será en la Audiencia Provincial, donde será juzgado por haberse apropiado de más de 170.000 euros pertenecientes a dos hermanos dependientes —ya fallecidos— a quienes "cuidó" durante un tiempo en condiciones infrahumanas. La Fiscalía solicita seis años de cárcel y la acusación particular eleva la petición a siete.

El lamento de la familia de las víctimas de "El Cuervo": "Nadie hizo nada"

El lamento de la familia de las víctimas de "El Cuervo": "Nadie hizo nada"

Más allá del grave perjuicio económico causado, "El Cuervo" —como se conoce al acusado— y varios de sus cómplices aislaron durante meses a los dos hermanos en una vivienda convertida en mazmorra, de la que uno de ellos no logró salir con vida. "Se les impidió tener una vida digna y a nadie le preocupó su desamparo", denuncian los familiares, que intentaron sin éxito sacar a los hermanos del piso de la calle Aller, donde sus supuestos cuidadores los mantenían en condiciones similares a un secuestro.

Policía Nacional

La familia lamenta el "escaso" apoyo institucional recibido. "Estamos muy agradecidos a la Policía Nacional, que se involucró en la investigación, pero poco más", manifiestan a este diario las primas de las víctimas, que han logrado finalmente llevar a juicio a "El Cuervo". El fugado no compareció en la vista que debía haberse celebrado el pasado miércoles.

Agentes que participaron en la investigación desarrollada en 2023 aseguran que el caso fue "prioritario" para la Comisaría de Mieres, entonces dirigida por Ignacio Ramón González-Cachón. Lo ocurrido en el piso de la calle Aller –que acabó "okupado" por algunos de los drogodependientes más problemáticos del municipio– dejó huella incluso entre profesionales curtidos.

"Hubo días en que, al llegar a casa, se me saltaban las lágrimas de impotencia. Lo que pasaron esas personas fue tremendo y debió evitarse. Se pudo hacer mucho más para ayudarles. Todas las instituciones fueron advertidas de lo que ocurría", lamenta uno de los investigadores que trabajó en el caso.

La Policía Nacional remitió en su día informes al Juzgado de Mieres, a la Fiscalía y a los Servicios Sociales. Precisamente con este último organismo la familia mantiene un profundo malestar. "Sentimos desamparo. En Servicios Sociales nos vinieron a decir que no éramos nadie para meternos en lo que estaba pasando en la casa y que había muchas formas de vivir. Está claro que se priorizaron los derechos de personas con adicciones y antecedentes penales frente al bienestar de dos hermanos indefensos con severas limitaciones físicas. Sentimos rabia", relata una prima de las víctimas.

Para comprender el alcance del drama hay que remontarse a 2019, cuando una persona con graves problemas de drogadicción entró como cuidadora en la vivienda, entonces habitada por una madre y sus dos hijos impedidos, afectados por el síndrome de Steinert. "Al poco tiempo propuso a nuestra tía contratar también a su pareja, que estaba en paro y podría ayudar a mover a los hermanos", explican las primas. Así se instaló "El Cuervo" en la casa, arruinando la vida de la familia. Se adueñó de la vivienda, que ya no abandonaría ni siquiera tras la muerte de su pareja. Entonces asumió él mismo el rol de "cuidador" de los hermanos, después de que también falleciera la madre.

Incomunicados

La familia pronto advirtió que algo iba mal. Poco a poco comprendieron la magnitud del problema. "Se adueñaron del piso y apenas nos dejaban ver a nuestros primos. Aunque les dábamos móviles, les controlaban las llamadas, y cuando avisábamos a Servicios Sociales no nos hacían caso. Nos decían que tenían que ser ellos los que presentaran una queja, sin entender que estaban impedidos y a merced de unos indeseables."

Cada hermano permaneció encerrado en una habitación a oscuras, sin verse durante meses. Cuando falleció el varón, la familia consiguió un día sacar a la hermana para dar un paseo. Fue entonces cuando lograron convencerla de que debía ingresar en una residencia: "Tenía miedo, porque no le trasladaban nuestros mensajes ni las llamadas, y se sentía completamente desprotegida".

En la residencia

Ya en la residencia, la mujer relató ante el abogado de la familia y ante agentes de la Policía Nacional las penurias que había sufrido. "Durante más de un año la mantuvieron postrada en la cama, sin llevarla ni una sola vez al baño ni ducharla", explica el letrado. Según consta en las diligencias policiales, la víctima perdió 20 kilos en año y medio. Durante ese tiempo apenas le ofrecieron agua un par de veces y sobrevivió casi exclusivamente a base de leche y galletas. Tras ingresar en la residencia, logró recuperar nueve kilos antes de fallecer pocos meses después.

Además del trato inhumano, "El Cuervo" y sus cómplices se las ingeniaron para vaciar las cuentas bancarias de las víctimas. "Durante varias semanas seguidas sacaron mil euros cada día", detalla la investigación policial, que también constató que los "okupas" llegaron a solicitar dos créditos bancarios a nombre de los hermanos impedidos. No se sabe cómo lograron hacerlo, pero se embolsaron unos 5.000 euros por operación. La cuantía exacta y los detalles aún no han trascendido.

"A nuestros primos los obligaron a vivir sin luz y sin dignidad", lamenta los familiares. "Es triste que al final el juicio solo sea por apropiación indebida, ya que estamos ante una historia terrible de abandono y maltrato", remarca el abogado David Pitcairn.

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