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"Parecía una película de terror, el perro se volvió loco": el relato de las vecinas que socorrieron a la madre e hija atacadas por su pitbull en Langreo

Carmen de la Fuente y Violeta Rosa son dos de las vecinas que asistieron a las víctimas, que siguen hospitalizadas, de las mordeduras de un perro peligroso

Carmen de la Fuente, ante el portal donde se refugiaron las víctimas, con su vecina Carmela, que arrojó cubos de agua al can, en la ventana del primer piso. | A. VELASCO

Carmen de la Fuente, ante el portal donde se refugiaron las víctimas, con su vecina Carmela, que arrojó cubos de agua al can, en la ventana del primer piso. | A. VELASCO

Andrés Velasco

Andrés Velasco

Riaño (Langreo)

"Parecía una película de terror, había sangre por todos lados". Son palabras de dos de las vecinas del distrito langreano de Riaño que este domingo asistieron a las víctimas, una madre y una hija, del ataque de su propio perro, un can de raza potencialmente peligrosa. Las dos heridas permanecían este lunes ingresadas: la hija en el hospital Valle del Nalón, y la madre, que recibió las mordeduras más peligrosas, en el HUCA, donde se encontraba en planta.

Violeta Rosa señala las manchas que dejó la sangre tras ser limpiada.

Violeta Rosa señala las manchas que dejó la sangre tras ser limpiada.

El violento ataque del perro se produjo en torno a la una de la tarde. Carmen de la Fuente lo vivió todo de primera mano. Ella también paseaba con su perro por el barrio cuando se cruzó con las dos mujeres y el animal agresor. "Los perros se saludaron y todo normal", empieza. Sin embargo, prosigue, "al poco pasó ‘El patatero’ –el camión de reparto de patata–. Llevaba la megafonía a todo trapo, lo que hizo que el animal se asustara", indica la mujer.

Según De la Fuente, fue en ese momento cuando "el perro se volvió completamente loco". En un primer momento, "comenzó a subírsele a la chica por el cuerpo y a ladrar mientras ella trataba de tranquilizarlo". No hubo manera.

De buenas a primeras, explican estas vecinas, el perro mordió primero a la más joven de las dos mujeres. "Empezó a gritar, y cuando la madre quiso ayudarla, el animal se lanzó a por ella", explica Carmen de la Fuente, que consiguió poner a su perro a salvo.

Dentelladas

Aquellos minutos parecieron horas para estos vecinas. "El perro estaba fuera de sí", apuntan. Las dentelladas se sucedían, primero contra una de las mujeres y luego contra la otra. "No podíamos hacer nada, porque el animal se había vuelto loco, pasamos mucho miedo", relatan. Los vecinos del portal lanzaron hasta una manta para que las mujeres, que cayeron al suelo en la pelea con el animal, se protegiesen del perro.

Violeta Rosa destaca que en un momento dado, un vecino de un portal cercano "fue el único que se atrevió a bajar y hacerle frente al perro". "Parecía que había conseguido pararlo, pero se le escapó y se tiró a por él", señala la joven, que explica que el hombre también salió corriendo para refugiarse del can.

Para entonces los vecinos ya habían llamado a la Policía y también a los sanitarios, pero por allí aún no llegaba nadie. Carmen de la Fuente logró poner a su perro a salvo, y abrió su portal para que las dos víctimas del ataque canino se refugiaran. "Fue lo que pudimos hacer", indican las vecinas.

Incluso con las mujeres ya dentro del portal, el perro seguía nervioso y tratando de atacarlas. Otra mujer, en este caso del primer piso, le arrojó cubos de agua, tras lo que el animal se calmó.

"La escena parecía de una película de terror, pero para nada, lo vivimos aquí", indican las vecinas. Una vez refugiadas, comenzó el balance de daños. "Tenían muchas mordeduras y había mucha sangre", relataba De la Fuente.

Lesiones

Violeta Rosa también asistió a las mujeres, y atestigua que las lesiones parecían serias: "Se veía que el perro las había desgarrado por todos los sitios, si les muerde el cuello, ahí se quedan". "Incluso se les veía el hueso", señalan.

Poco después llegó la Policía y los sanitarios, que ya hicieron su trabajo. También los responsables del albergue de animales de Langreo, de donde había salido el can hacía pocos días, para llevarse al perro en custodia.

"La verdad es que llevamos todo el día con el susto en el cuerpo, fue una situación muy violenta", relatan las mujeres, que confirman que el perro llevaba un bozal de tela, pero que se deshizo del mismo con suma facilidad. Tras el suceso, a los vecinos les tocó limpiar la calle y el portal, que había quedado manchado de sangre. "Ahora solo deseamos que las dos mujeres se recuperen, porque parece que van a tener para bastante tiempo", desearon estas vecinas de Riaño.

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