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El calor de la geotermia sofoca a las ratas en Mieres: los roedores abandonan sus tuberías y buscan nuevos barrios que colonizar

Las obras en el subsuelo han modificado las condiciones térmicas y acústicas del alcantarillado, empujando a las colonias de ratas fuera de su hábitat

El Ayuntamiento de Mieres actúa sobre sumideros y alcantarillas para evitar la propagación de roedores en zonas escolares.

Las obras de geotermia en la calle Manuel Gutiérrez.

Las obras de geotermia en la calle Manuel Gutiérrez. / David Montañés

Mieres del Camino

Hay estudios que sostienen que en muchas grandes ciudades —como Nueva York, París o Londres— hay casi tantas ratas como personas. En barrios con sistemas de alcantarillado antiguos o extensos, las ratas encuentran refugio, alimento y rutas seguras lejos de los depredadores.

Una rata, junta a una alcantarilla en el patio del grupo escolar Liceo- Aniceto Sela.

Una rata, junta a una alcantarilla en el patio del grupo escolar Liceo- Aniceto Sela. / Foto cedida a LNE

En Mieres también sucede, aunque la apacible vida de estos roedores en su bastión subterráneo se ha visto alterada de manera inesperada. Las obras de geotermia han perturbado la tranquilidad de la colonia local de ratas. Incómodas, han comenzado a buscar “vecindarios” más tranquilos, aunque se han encontrado, como era de esperar, con que no son bien recibidas.

Vecinos y colegios alertan

Comunidades vecinales del centro de Mieres llevan tiempo detectando la presencia de ratas en espacios urbanos donde hasta ahora no era habitual encontrarlas.

Un caso concreto sirve de ejemplo: los colegios Liceo Mierense y Aniceto Sela han comunicado al Ayuntamiento que, desde hace unas semanas, es habitual encontrar ratas en el patio del centro escolar.

El llamativo aumento de avistamientos generó inquietud y, tras analizar el problema, se llegó a la conclusión de que los animales están colonizando nuevos espacios tras ser empujados de su hábitat habitual por las obras de geotermia.

Las obras, origen del desplazamiento

Las obras de geotermia se desarrollan desde hace varias semanas en la calle Martínez de Vega, que desemboca en el citado grupo escolar. Los técnicos han concluido que las ratas que ahora frecuentan el patio del centro fueron desplazadas por los trabajos.

Para solucionar el problema, el Ayuntamiento ha decidido cambiar alcantarillas y actuar sobre sumideros, por donde se estima que se cuelan los roedores. Se confía en que la medida sirva para establecer una barrera, al menos durante el tiempo que duren las obras de geotermia.

Las autopistas subterráneas de las ratas

Está demostrado que las ratas utilizan las tuberías y túneles del alcantarillado como “autopistas subterráneas”. Los peritos consultados por este diario apuntan que, bajo el asfalto, estos animales encuentran temperaturas estables, agua constante y restos de comida que llegan desde los desagües domésticos.

Los veterinarios y murinólogos remarcan que una rata puede trepar por una tubería vertical de más de dos metros utilizando sus garras y la presión de su cuerpo. También pueden nadar más de un kilómetro sin descanso y aguantar hasta tres minutos bajo el agua. Por eso, en ocasiones se las ha encontrado saliendo por los inodoros. “Aunque son plagas urbanas y pueden transmitir enfermedades como leptospirosis o salmonelosis, también ayudan a descomponer residuos orgánicos en el sistema de alcantarillado”, indican los estudiosos.

Geotermia: calor y humedad, el nuevo hábitat

En principio, los expertos consultados por este diario apuntan que la red de geotermia puede favorecer la comodidad de las colonias de ratas que habitan en el subsuelo de Mieres, ya que la humedad y el calor mejoran sus condiciones de vida.

Ahora bien, de momento, el nuevo circuito está provocando un pequeño éxodo roedor.

Una inversión millonaria y un efecto inesperado

Las obras de la segunda fase de la red de geotermia de Mieres arrancaron hace ya varios meses, con un presupuesto de 3.462.975 euros. En total, el plan prevé conectar 31 edificios, aunque la presente actuación se centra en 21 de ellos.

Entre los inmuebles figuran la Casa Consistorial, los juzgados, la Policía Local, la Delegación de Hacienda, los centros de salud de Mieres Norte y Sur, el chalé de Numa Ghuilou, el edificio de Servicios Sociales, el campo Hermanos Antuña, el estadio Mundial 82, el pabellón Visiola Rollán, varios colegios e institutos, la escuela infantil Les Xanes, el Centro Social de Personas Mayores y la Casa de la Música.

Otros once edificios son susceptibles de conectarse más adelante, entre ellos la Policía Nacional, la estación de autobuses, los polideportivos de Oñón y Mieres Sur, el colegio Llerón-Clarín, la Escuela de Adultos, el archivo municipal y varios bloques de viviendas en La Mayacina.

Un sistema en debate

Cuando la infraestructura entre en servicio podrá evaluarse el rendimiento de la red de geotermia, que en Mieres ha generado debate sobre su eficiencia. En comunidades donde ya funciona —como los pisos sociales de alquiler de La Mayacina— hubo quejas hace no mucho por un incremento de la factura eléctrica y por fallos en el sistema. De momento, las ratas han decidido huir de la geotermia.

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