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La casa de comidas a pie de carretera que se convierte en parada obligada en Asturias para los amantes del cabrito guisado o el rabo de toro: el comedor más acogedor en plena naturaleza

"La mejor atención posible, solo equiparable a la calidad de la comida, muy recomendable"

La casa de comidas a pie de carretera que se convierte en parada obligada en Asturias para los amantes del cabrito guisado o el rabo de toro: el comedor más acogedor en plena naturaleza

La casa de comidas a pie de carretera que se convierte en parada obligada en Asturias para los amantes del cabrito guisado o el rabo de toro: el comedor más acogedor en plena naturaleza

Casa Adela abrió sus puertas en Lada en el año 2000. El prestigioso y popular restaurante está de celebración.

Cumple dos décadas de excelencia gastronómica impulsadas por Adela Alonso, que contaba con experiencia hostelera y decidió abrir, en el amplio bajo de la casa familiar, tras las oportunas reformas, un restaurante con varios comedores, lugar perfecto para los eventos familiares, las comidas de amigos, las reuniones de compañeros de trabajo y disfrutar de una variada y exquisita oferta gastronómica donde están representados los tradicionales platos de la cocina asturiana, los más deliciosos postres caseros y una bodega perfectamente seleccionada. El restaurante dispone asimismo de terraza, marco natural para disfrutar de la comida.

Tal y como cuenta a LA NUEVA ESPAÑA Adela Alonso, cocinera, propietaria de Casa Adela, todo este proyecto empezó "de cero". Lo abrí en la casa familiar, que es un chalet de los años setenta. Arriba tenemos la vivienda y abajo era donde teníamos un gran salón y fue el que dediqué a restaurante. Empecé de cero. Tenía 33 años cuando me metí en esta aventura, ya tenía un crío de tres años. Mi familia nunca había tenido nada de hostelería, pero a mí siempre me gustó mucho la cocina y la idea de tener un restaurante pequeño, con pocas mesas, para atenderlo personalmente. Mis padres y mi hermana me ayudaron muchísimo. Mi padre, que trabajó de albañil, hizo la obra. Lo hicimos todo entre todos. Al principio sólo tenía ocho mesas. Luego, poco a poco, con la terraza también, fue agrandándose. "Era un proyecto familiar. Ni estudio de mercado ni nada de nada. Empecé con mi madre en la cocina, que me echaba una mano y luego con una camarera. Luego ya vas metiendo a más gente… Ahora, conmigo, ya somos seis", cuenta.

Este rincón hostelero esconde el encanto de un acogedor comedor, con una terraza rodeada de la naturaleza de los valles mineros. "En nuestros comedores encontrará el lugar perfecto para sus reuniones de trabajo, eventos familiares o un pequeño rincón donde disfrutar de una variada y exquisita oferta gastronómica, donde está representada la cocina tradicional asturiana, nuestros postres caseros y una bodega perfectamente seleccionada".

La carta está compuesta por entrantes como almejas a la marinera o fritas, tortos de maíz, fabada callos o arroz con almejas, pixín y langostinos. Para los amantes de la carne hay auténticos manjares como el rabo de toro, chuletinas de lechazo o el Cabrito Guisado con Patatinos.

Este restaurante cuenta con muy buena puntuación y críticas en las páginas especializadas de Internet. "La mejor atención posible, solo equiparable a la calidad de la comida, muy recomendable. Han tenido la amabilidad de atendernos aunque el restaurante estaba lleno. Comida casera , muy buena. Personal amable y atento, parada imprescindible en Langreo"; "Restaurante excelente, desde el principio te sientes muy a gusto, el personal muy amable y la comida riquísima, relación calidad-precio muy buena. El restaurante es muy acogedor"; "Todo excelente: comida, personal, ambiente., etc. Casa-chalet con dos salas para comer. Además disponen de algunas mesas en exterior para disfrutar cuando el tiempo lo permite".

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