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Desde mi Mieres del Camino

En honor de la historia local, ¡música, maestros!

El Orfeón de Mieres, santo y seña de toda una epopeya

No hace mucho tiempo hubo oportunidad de dejar en este espacio testimonio fehaciente de la trayectoria de un colectivo coral de amplio arraigo: el Coro Femenino de Mieres. Nuevos vendrán para ofrecer la oportunidad de hablar de otros valores consagrados de la historia local. Hoy, por su envergadura y su largo caminar enarbolando uno de los testimonios más elocuentes de la música compartida y vivida en conjunto, como supervivientes de un tiempo pasado y en lucha abierta contra viento y marea, cual santo y seña de toda una epopeya, está el Orfeón mierense y en honor a la historia local, se puede decir "música maestros", en representación de todos los directores que manejaron los hilos sinfónicos de más de 115 años, tres de ellos que, por distintas causas, marcaron época.

Que el Orfeón de Mieres, dirigido actualmente por Joaquín Sandúa, es toda una institución que, por fortuna, pervive al efecto demoledor de la actualidad socioeconómica de este pueblo y a la apatía de sus habitantes, es algo que se puede considerar hasta milagroso, por el esfuerzo que exige mantener el tipo en medio de un erial a modo de desierto, pese a que asoman, en el firmamento local, algunos atisbos de reactivación. Y que sigue llevando el pabellón con el nombre que lo vio nacer es toda una odisea. Y como símbolo de una tenue luz de esperanza cara al futuro, debemos presentarlo.

Fundado en 1897 es hoy día el coro de mayor antigüedad dentro del concierto asturiano y uno de los más veteranos de España. Ha pasado por etapas gloriosas y otras de total negación de las que, por gracia de la inquietud ciudadana, supo salir airoso. Indudablemente los comienzos del siglo XX resultaron ser los más fructíferos con presencia activa de más de cien voces. Sus salidas de escena coincidieron, entre otras, con su recuperación en 1968 por iniciativa del entonces alcalde Guillermo Lorenzo, siéndole confiada la presidencia a Celso Antuña. 1995 fue otra fecha de especial significado pues, de nuevo surgió de sus cenizas merced al empuje ciudadano y a la dedicación de quién se hizo cargo del timón, Luis Rodríguez Moro. Y así, hasta la actualidad.

En su bagaje de distinciones se encuentra la Corbata de Honor del Gobierno Español concedida en 1926, dos años más tarde la imposición, por parte de Su Majestad el Rey Alfonso VIII, de la Cruz al Mérito Civil en la figura de su director Reinerio García, y la concesión del Urogallo de Bronce del Centro Asturiano de Madrid, así como el premio "Axuntábense" por parte de la Federación Coral de Asturias. Tiene en su haber grabación de discos, como el long play de 1970, el CD "+d'un sieglu" y otros dos con música sacra y villancicos en 2007 y 2010. Una calle de Mieres, en La Mayacina, lleva su nombre y ha recibido la Placa de Honor de la Asociación "Mierenses del Año".

Sus actuaciones se cuentan por centenares, ocupando toda la geografía española, así como la totalidad de los pueblos y acontecimientos culturales y sociales de Asturias. Y no sería lógico obviar la presencia en acontecimientos culturales de Portugal.

Se podía hablar de aquellas personas, dirigentes desinteresados que, a lo largo de su historia, hicieron posible, no solo la continuidad, sino también la recuperación de las épocas opacas en las que "cual Guadiana musical" ha sabido surgir de nuevo de las entrañas de ostracismo. Sin duda fueron muchos quiénes jugaron ese papel de plena responsabilidad, muchas veces oscuro y sin grandes oportunidades de recibir nada a cambio. Sirva, en memoria de aquellos que entregaron su tiempo gestor, la plena representación sin exclusión alguna, en la figura de su actual máximo dirigente, Eustaquio Álvarez, un mierense que no ha dudado un momento en volver al ruedo asumiendo de nuevo la responsabilidad de gestionar el grupo en los que se podrían considerar "tiempos revueltos".

Queda el capítulo de los directores que a lo largo de esos 115 años han marcado época dejando constancia de su huella para la historia. Y una vez más se impone, con el mayor respeto para la totalidad, buscar una representación que sintetice ese esencial aspecto. Sin duda alguna Reinerio García marcó una época inolvidable, considerada por los estudiosos, como la más gloriosa de su historia , sobrepasando, bajo su dirección, el tope de las cien voces, entre blancas y graves y solamente un suceso nacional, de la incidencia de la guerra civil española, pudo cortar la trayectoria de una agrupación que ya había dejado constancia de sus valores. Fue, sin menoscabo de nadie ni contradicciones, el director que mayor impulso supo darle, dejando para la posteridad un sello difícil de superar. Otros dos directores, en la lista de elegidos, marcaron época, Baldomero Pérez Méndez que, en dos ocasiones, hubo de pechar con la siempre complicada tarea de un resurgimiento, éxito alcanzado con creces en ambas situaciones. Y el actual director, Joaquín Sandúa, quién también, por doble exigencia, hubo de hacerse cargo de esa responsabilidad hasta el momento actual en que mantiene altos niveles de notoriedad en el grupo.

Tres apuntes finales jalonan la historia del Orfeón de Mieres, el éxito alcanzado con la celebración de su centenario, otro resultado similar con la organización del Día Coral de Asturias, en esta plaza, y el puntual encuentro, cada año, por las patronales de San Xuan, de "La mina canta unida".

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