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Desde mi Mieres del Camino

El Racing le metió siete goles al Valencia

El Caudal escribió una insólita proeza en Tarrasa, donde acabó ganando (4-5) tras marcharse al descanso con cuatro tantos encajados

Es incuestionable que el fútbol, como deporte rey, se ha situado a la cabeza de cualquier manifestación competitiva, alcanzando verdaderas cotas de interés, atención y poder mediático ante los ciudadanos, en su inmensa mayoría, aunque siempre existen las excepciones de rigor que, llamados a otros lances, hacen de su vida un "altar" al completo margen de esta manifestación. Pero los estadios rugen, los ambientes y tertulias se saturan de comentarios, máximas, discusiones e incluso retos de auténtica tensión, dando paso a que la vox populi se mediatice, los medios de comunicación, como cauces del sentimiento generalizado, dedican espacio y tiempo a esa parcela, equiparándola con otras -muy pocas- de vital incidencia en la vida social.

Europa se ha convertido en el "altar" del fútbol, seguido a la distancia que le permite la disponibilidad económica, por lugares como Hispanoamérica. Y ahora irrumpen con la fuerza del euro o del dólar, los países emergentes del mundo árabe o del Asia resurgente. Todo parece una especie de polvorín medio dormido que, a tono con los acontecimientos, puede empezar a soltar chispas en cualquier momento que, si bien nada tienen que ver con un conflicto bélico, si asoman sus garras por otros escenarios de la relación internacional.

Cada pueblo, villa o ciudad de cierta envergadura tiene su corazoncito puesto en su representante. Y nada digamos de las grandes capitales donde los equipos madre extienden sus tentáculos por todo el territorio nacional, incluso más allá, para lograr las buenas querencias de sus masas. Eso sí, casi siempre a golpe de talonario. Para ejemplo y con la solicitud de perdón por delante a los demás equipos, ahí tenemos la marca del Real Madrid y F.C. Barcelona, dos muestras de "padre y muy señor mío" o "toma palo y tente tieso"

Sin embargo no es de despreciar el ardor localista en torno al equipo representativo de cada parcela. Y Mieres lo tiene, aunque en "horas bajas" a causa del éxodo demográfico. Para demostración la trayectoria de su principal formación, primero denominada "Racing de Mieres" y ya desde hace un montón de años Caudal Deportivo con su hermoso estadio "Hermanos Antuña" y sus secciones que a veces abastecen la primera formación. Los socios, aunque en número más reducido que en los mejores tiempos, siguen al pie del cañón, sobre todo cuando el equipo se lanza a ciertas conquistas, como es el caso actual de conseguir el ascenso a la Segunda B.

De su larga trayectoria destacan algunas epopeyas que hoy sirven de base al trabajo informativo. Partiendo de unos posibles comienzos como Racing de Mieres, fundado en 1918, aparece una crónica en la vida deportiva de Asturias que se inicia con el título "Racing de Mieres 7 Valencia 3". No es moco de pavo. Y a continuación el desarrollo de lo acontecido: "El domingo tuvo lugar el último de los partidos entre el Racing de Mieres y el Valencia C. F. La primera parte fue bastante bien jugada por ambos equipos, dominando ligeramente el Valencia, llegando al descanso con un empate a dos goles. Reanudado el juego los nuestros decaen (La crónica viene del Diario de Valencia con fecha 4 de enero de 1922), creciéndose los astures, marcando hasta cinco goles por uno los blancos y terminando el match con la victoria del Racing por siete goles a tres".

El Racing confirmó la buena impresión que produjo en el primer partido, superándose en el último especialmente en la segunda parte con su juego de pases largos, ejecutados primorosamente, haciéndolo de forma espléndida. De la actuación de este equipo queda grato recuerdo, siendo muy superior su juego al desarrollado por el Sabadell (otro de los participantes). Hasta aquí la primera parte del relato que ya deja signos de singularidad, muy lejos del momento actual con un Valencia puntero en primera y el Caudal (heredero del Racing), en tercera.

El Racing de Mieres tenía en sus filas, jugadores como el olímpico Joaquín Vázquez y los internacionales absolutos Clemente y Matías. También destacaban dos auténticos gigantes naturales de Mieres, tanto en estatura como el calidad futbolística, los hermanos Antuña, Joaquín y Ramón, sobre todo el segundo. Pues bien, otra noticia del 20 de septiembre de 1925: "Ramón Antuña no jugará en el Real Stadium". Y dice la crónica: "Han sido muchos los que me han preguntado si era cierto que el gran delantero mierense había firmado por el Real Stadium; era una creencia unánime que el citado equipier formaría en las filas del Club Campeón, ocupando el centro de su línea de ataque, creencia basada en la formación de que el equipo de Vetusta anunciaba para enfrentar al Racing de Sama y el equipo checo Morawska. Más hoy podemos decir , como cosa segura, que Antuña no abandonará a su Club el Racing de Mieres, pese al afecto que demuestra tener al equipo vetustano. Así pues el Real Stadium no podrá ver realizados sus anhelos, fundados en el refuerzo del foward de Mieres". Y firma J. M.

Pasado el tiempo y ya con la denominación de Caudal Deportivo de Mieres, el equipo asciende a la segunda división tras finalizar la temporada 1950-51 y se estrena, en terrenos a espaldas del barrio de San Pedro, el estadio "El Batán" que posteriormente se convertiría en "Estadio Hermanos Antuña". Pero antes se produce un hecho casi insólito e inesperado. El equipo de elástica blanca y pantalón oscuro participa, como es lógico, en la liguilla de ascenso desde la tercera división a la mencionada segunda, tocándole, entre otros compromisos, jugar en el campo catalán del Tarrasa C. F. Y aquí, lejos de su tierra, es donde se produce el fenómeno deportivo que recorrió todas las ondas españolas y se vio reflejado en la mayoría de los periódicos nacionales. Y es que, tras ir perdiendo por cuatro goles a cero, en la segunda parte el Caudal le dio la vuelta a la tortilla logrando una victoria épica por cuatro a cinco. Como es lógico existen detalles de importancia que adornan el acontecimiento.

Para comenzar cabe decir que el partido era retransmitido por Radio Tarrasa (la TV aún no había visto la luz aquí), y al micrófono estaba un conocido periodista asturiano, Fernando Vázquez Prada, quién, por lo visto al descanso, claramente decepcionado con la marcha de marcador, cedió el aparatito de marras al desaparecido y a la vez recordado Senso Eguidazu (Prudencio), que figuraba como jugador suplente y delegado del conjunto visitante. Haciendo de tripas corazón el mierense comenzó a relatar las incidencias del segundo tiempo, a su forma y manera, puesto que no contaba con experiencia en tales lides. Pero ocurrió lo inesperado ya que comenzaron a llegar los goles del Caudal de una forma sucesiva, uno, dos, tres, cuatro y hasta cinco, marcados por Insa (2), Eizaguirre (2) y San Emeterio, mientras que la voz de Senso, a través de la sondas, rompía en gritos, con una ronquera de padre y muy señor mío, medias palabras y cierta algarabía ante lo acontecido, finalizando el choque, en medio de la alegría general del conjunto blanco, con el mencionado cuatro a cinco, algo que podría considerarse inédito en los últimos tiempos del deporte rey.

Mieres vivió aquella epopeya de una forma increíble. Como dato la fecha del evento, es decir, el veintiuno de mayo de 1951 festividad del Corpus Christi. Y cuentas las crónicas que la segunda parte del encuentro coincidía con la obligada procesión religiosa por las calles de la villa. Por lo visto, cuando don Herminio, que suplía al titular de la parroquia de San Juan, llegaba al templo, iba prácticamente solo acompañado de algunas damas. Como también era muy aficionado al fútbol, finalizó con el rigor que se exigía, el acto sacramental y se fue al Café Chus, para conocer el final de la odisea.

El equipo fue recibido en la villa con todos los honores y homenajes de variado color. De muchos lugares de España llegaron parabienes. Hasta unos pescadores asturianos, desde alta mar, enviaron su felicitación y tras la apoteosis general, el equipo siguió su escalada hasta lograr el ascenso, que era la meta final. Así, a rasgos generales, se escribió una de las páginas más brillantes de la historia caudalista y Senso Eguidazu se convirtió en una especie de héroe. A destacar, como detalle histórico, el fondo negro del escudo del Caudal relacionado con la muerte de dos de sus jugadores posiblemente en la Revolución de 1934.

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