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El homenaje a Ramón Antuña y el Real Madrid

El club blanco participó en 1972 en el tributo que Mieres le dedicó al expresidente del equipo local, aunque sin cubrir las expectativas

Pocos años después de haberse bautizado el campo municipal de Mieres con el nombre de "Hermanos Antuña" y como Ramonín era muy querido por los mierenses, la inmensa mayoría decidió que lo había que inmortalizar artísticamente y por eso se pensó en levantarle un busto de bronce al que fue un excelente deportista y hombre popular en todas las dimensiones: Ramón Antuña. Para materializarlo, un grupo de mierenses y amigos del mencionado personaje cursaron, en 1971, una solicitud a la corporación municipal de Mieres, como propietaria del estadio, donde se pedía autorización para colocar en cualquier parte de este recinto deportivo la citada escultura. Dicho escrito, en nombre de todos los aficionados al deporte, lo suscribieron mierenses de renombre como eran José Álvarez Casal, Miguel Caparrós Crespo, Manuel Martínez García, Eduardo Herrera, Alfredo Camporro Menéndez, Ramón Concha Ojeda, Sócrates Quintana, Manolán Fernández y Cesáreo Lorenzo. A la cabeza, como siempre, el deportista, empresario y político Jesús Suárez Valgrande, popularmente conocido como "Chus Valgrande"

Desgraciadamente, cuando todo estaba listo para que Ramonín inaugurase su propio busto, la casualidad y la enfermedad hicieron que falleciese a punto de recibir tal homenaje. Se debe reseñar que falleció en su Mieres querido el 14 de junio de 1971 a los sesenta y ocho años de edad. Muchos de sus amigos sabían desde hacía tiempo que se encontraba muy mal. Lo expuesto anteriormente no está exento de polémica ya que el diario "Voluntad" nos dice que este falleció en Madrid, donde se sabe que fue en busca de remedio. Una vez que nuestro protagonista falleció, la comisión municipal de Cultura puntuó con el baremo del Reglamento de Honores y Distinciones el escrito que sus amigos habían presentado al Ayuntamiento. Dicha solicitud fue vista en la reunión de la corporación municipal de octubre de 1971, donde todos los concejales, por unanimidad, aprobaron esta iniciativa.

La comisión, además del dar el visto bueno, llegó a la conclusión de que, al carecer Mieres por una extraña razón de monumentos y grupos escultóricos, se le dedicaría uno a Ramón Antuña para cubrir así un pequeño hueco en el vacío que la ciudad tenía de bellas artes. Para la colocación de este busto se precisó el permiso del arquitecto municipal, el cual también dio su aprobación y en su informe favorable designó el lugar donde sería colocado.

El busto de bronce sobre pedestal de granito que fue construido con la aportación popular sería entregado al Ayuntamiento de Mieres, pasando a ser de su propiedad y custodia. Una vez aprobada su colocación, las personas de la comisión se pusieron a pensar cual sería la dedicatoria que se incluyese en este monumento, pues decir lo que había sido Ramonín en el deporte y otras facetas era complicado, ya que este hombre había hecho de todo. Por citar unas pocas, realizó pequeñas tareas que iban desde hinchar balones hasta otras más dificultosas como era el nivelado de la tierra en las antiguas praderas que rodeaban el palacio del Marqués de Camposagrado. No debemos olvidar que también fue buen futbolista y que metió goles a favor de su equipo, donde ocupó durante 29 años el sillón de la presidencia.

Finalmente, para la dedicatoria en la estatua se optó por lo más sencillo y lo más corto, que también era lo más simple y lo más representativo, sin olvidar que toda Asturias y España aportaron dinero para levantar este recuerdo. En un principio, se pensó en la frase: "A Ramón Antuña, sus amigos de Asturias", pero no convenció porque como ya se ha referenciado, las aportaciones llegaron de muchos lugares de España. Tampoco maravillaba la dedicatoria: "A Ramón Antuña, sus amigos del deporte", toda vez que la dimensión social de Antuña, saltaba por encima de este concepto.

En ese sentido, la comisión organizadora siempre destacó que fueron muchas las personas que ajenas al deporte que aportaron dinero: médicos, músicos, arquitectos y varios organismos no vinculados al deporte. Entonces se buscó y se aprobó esta simple dedicatoria: "A Ramón Antuña. 1903-1971". El artista seleccionado para llevar la realización del busto fue el laureado escultor gijonés, Rubio Camín.

En la reunión de enero de 1972 de dicha comisión acudiría el entonces presidente del Caudal Deportivo, ya fallecido, don Gustavo Losa Martínez, junto a varios directivos, que habían solicitado un encuentro con el Real Madrid que sirviese de homenaje a Ramonín después de que se descubriese el busto.

Unas semanas después, el Real Madrid contesta a Gustavo Losa que piensa contribuir al acto de una forma muy especial y al programa de ese día en el que se descubra el conjunto escultórico de bronce y granito. El equipo de la capital de España confirmó su participación asistiendo con el equipo titular, o al menos con muchos de sus titulares.

Desde ese momento, los aficionados al fútbol de Mieres y comarca, comenzaron a soñar con el equipo de la capital de España, que asistiría con sus estrellas al encuentro. Y es que el Real Madrid y el homenajeado Antuña estuvieron muy vinculados, incluso se llegó a pensar que para disputar este partido amistoso entre el Real Madrid y el Caudal Deportivo, este último, debería ser reforzado con jugadores de reconocida valía futbolística en España, como eran Fuertes, del Valencia, Valdés, del Sporting de Gijón, Tensi, del Real Oviedo y otros muchos de origen mierense que se hallaban diseminados por varios equipos de la geografía española.

Incluso se dijo que el propio presidente blanco, don Santiago Bernabéu, había escrito desde su casa situada en la calle Varadero de la alicantina población de Santa Pola. Entre otras cosas, con emocionado recuerdo, don Santiago Bernabeu relataba en su carta cómo conoció a Antuña en el año 1921 con ocasión de celebrarse en Mieres de un encuentro de fútbol entre el histórico y desaparecido Racing de Mieres y una selección de Oviedo que se enfrentaban en un partido en las fiestas de San Juan. Para nadie es desconocido que Bernabéu se licenció de la carrera de Derecho en Madrid y si no estoy equivocado fue funcionario de la Delegación de Hacienda de Asturias. De todo aquello que hizo soñar al aficionado se quedo en que el Madrid se presentó con un equipo muy segundón y que Bernabeu ni siquiera vino a tomar una botella de sidra a Requejo

El Ayuntamiento de Mieres tomaría parte de forma importante en los actos, ya que sería el alcalde don Celso Antuña Álvarez, quien recibiría al Real Madrid y, como bienvenida, los obsequio con las canciones del Orfeón de Mieres. Con sus 40 voces la agrupación polifónica los "llevó por la bravura de nuestras montaña y la majestuosidad y el encanto nuestros valles verdes". De igual forma, la oficina de relaciones pública del Ayuntamiento regaló al Real Madrid para su amplio archivo un tomo de la Guía Poética de Mieres, obra del autor en llingua asturiana Luis Aurelio, y un microsurco con el dialogo sostenido entre Teodoro Cuesta y el andaluz Diego Terrero.

Los actos del homenaje se celebraron el 30 de marzo de 1972, día de Jueves Santo, y comenzaron a las cinco de la tarde con recepción de autoridades y familiares de don Ramón Antuña, así como a los directivos del Real Madrid, por la directiva del Caudal Deportivo de Mieres y miembros de la comisión. Al hallarse Antuña en posesión de la medalla del Mérito Deportivo y también con la Medalla de Plata de la Federación Española de Montañismo, acudieron el presidente de la Federación Asturiana de Fútbol, representando al presidente nacional, y también el presidente de la Federación española de Montañismo, José Antonio Odriozola, que vino desde Madrid para ser testigo en este acto.

A las 5:10 de la tarde sería descubierto el busto por el alcalde Celso Antuña Álvarez, siendo el sacerdote y asesor religioso de la Federación de Montaña don Rosendo Fernández. El delgado de Educación Física y Deportes de Asturias, quien además era presidente de la comisión organizadora, Jesús Suárez Valgrande, "Chus", hizo entrega de la propiedad del monumento al patrimonio del Ayuntamiento.

A las 5:20 de la tarde, con los equipos ya en el centro del terreno de juego, los capitanes del Real Madrid y del Caudal deportivo depositaron un ramo de flores en el busto. Cinco minutos más tarde se inauguró una sala de recepciones construida por el Caudal Deportivo de Mieres dentro del estadio.

Puntualmente, al marcar el reloj y media, comenzó el partido que terminó con el resultado de dos a uno a favor de los locales. Los goles del equipo mierense fueron marcados por José Antonio y Balmori, mientras que Marañón lograba el único del Real Madrid. Aquel día los equipos salían con los siguientes onces, por parte del Real Madrid: Junquera, Raboso, Úbeda, Palmer, Luengo, Vallejo, Riesgo, Baciella, Marañón, Sánchez Martín y Polo. Por la parte caudalista, un once de gala formado por: Alberto, Panchulo, Hernández, Carriles, Muñeca, Fueyo, Gayol, Jaime, José Antonio (Balmori), Crispí e Iglesias.

En resumen, todos los aficionados al deporte rey local sabemos que Ramón Antuña figura, y figura bien, como uno de los plomeros del fútbol en Asturias. Fue además un gran delantero centro, tanto en su querido Rácing de Mieres como en el Sporting de Gijón y más equipos. Cuando las canas y la vida le hicieron colgar las botas se convirtió en el alma del fútbol de Mieres, siendo presidente del Rácing y luego del Caudal alrededor de 30 años. Así que a él le corresponde, junto a su acertada dirección, sacrificios e incansable entrega, los períodos más brillantes de este deporte en la cuenca mierense.

Llevaba a Mieres en el corazón y se declaraba asturiano por encima de todo. Fútbol y pasión, ya saben ustedes, son indesligables.

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