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Velando el fuego

La muerte de LIuís Juste de Nin

El recuerdo de la presencia en Langreo del autor catalán, recientemente fallecido

Hace años, en concreto cuatro, escribía un artículo en esta misma sección refiriéndome a la visita a Langreo de dos figuras de talla internacional, como eran Leonardo Padura y Lluís Juste de Nin. Ambos, fueron los protagonistas de un acto que se celebró en la Casa de Cultura "Alberto Vega", organizado por la Semana Negra de Gijón, el Ayuntamiento de Langreo y la Fundación Andreu Nin de Asturias. En el recuerdo me queda el numerosísimo público que acudió al evento (alrededor de 200 personas; hubo que traer sillas suplementarias), por lo que no resulta exagerado afirmar que se trató del acontecimiento literario más importante hasta la fecha, al menos de los tiempos de los que yo guardo memoria.

Leonardo Padura llegaba avalado por una trayectoria como narrador que le había hecho merecedor de varios premios, entre otros, el Nacional de Literatura de su país en 2012, o el Princesa de Asturias 2015. Durante la charla, el protagonismo se repartió entre los entremeses políticos y los postres literarios. La excepcional novela "El hombre que amaba a los perros", del escritor cubano, fue el plato fuerte de la velada, pues no en balde se trata de una detallada disección que ayuda a repensar el siglo XX y, naturalmente, algunos episodios cruciales del mismo, como fue el asesinato de León Trotsky a manos de Ramón Mercader.

Con el mismo rigor y minuciosidad, y poseedor también de prestigiosos galardones: entre otros, la medalla "Antonio Gaudí" a la creatividad en 2013, o el Premio Internacional de Cómic "Ciudad de Badalona" 2010 por su trayectoria en el mundo del cómic catalán, LIuis Juste de Nin, fallecido hace unos días, nos presentaba su novela gráfica "Andreu Nin, siguiendo tus pasos". Ilustrador, diseñador y dibujante, sus viñetas estuvieron presentes en distintas publicaciones antifranquistas, con una mención especial para sus ilustraciones a los artículos de Manuel Vázquez Montalbán en El Mundo Obrero durante la transición. Miembro y colaborador de la Fundación Andreu Nin de Cataluña, fue el creador, en 1992, de la campaña de normalización del uso del Catalá y, desde 2003, había publicado quince novelas gráficas.

El cómic relata con todo detalle la vida de Andreu Nin, un sindicalista y político de filiación trotskista, fundador del POUM, que intentó siempre unir su catalanismo con la revolución social. Todo hace indicar que su asesinato fue debido a la policía de Stalin, que actuaba en nuestro país, lo que al final es un ejemplo más, ciertamente muy lamentable, de esas luchas fraticidas que se producen en ocasiones en las filas de la izquierda política y cuyas consecuencias se van arrastrando a lo largo del tiempo. Son como un agujero negro que se abre en el universo de la clase trabajadora y que hipotecan su futuro. De ahí que una de las finalidades de la Fundación Andreu Nin sea la de combatir la herencia y las consecuencias del totalitarismo en cualquier parte del mundo.

Referirse, pues, a la reciente muerte de Lluís Juste de Nin es rendir tributo a una personalidad desbordante y fiel a sus ideas, al tiempo que su vida es un buen ejemplo para repasar un tiempo convulso de nuestra historia. No hace falta insistir mucho en los peligros que acechan siempre a las personas que se implican en acciones que pretenden mejorar la vida de la humanidad y que, a un tiempo, son poseedoras de dos valores trascendentes para cumplir esa misión, como son la heterodoxia y la libertad de pensamiento.

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