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Mario Antuña

SIETE LEGUAS

Mario Antuña

Naranja amarga

La declaración de la alerta naranja en los principales concejos de la comarca del Nalón ha provocado tanta sorpresa como opiniones. Para los más prudentes o temerosos, es una medida acertada para frenar una posible propagación del coronavirus desde el brote de Laviana por la cadena territorial y social del valle. Para otros, es una decisión precipitada ante los escasos positivos de personas afectadas, sin nuevos focos y con el daño económico para los negocios. El Nalón no es Madrid, ni mucho menos, y la alerta naranja pretende, dejando la mayor parte de la responsabilidad en los ciudadanos, frenar la segunda ola de la pandemia. A partir de ahora, las noticias de crecimiento de positivos, cierres temporales de negocios, restricciones sociales y confinamientos serán cada día más habituales. La naranja amarga llegará a más platos.

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