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Ricardo Montoto

Dando la lata

Ricardo V. Montoto

Votos y votos

La necesidad de modificar el sistema electoral español

Nos lanzamos a ridiculizar el caótico sistema electoral norteamericano –motivos no faltan–, pero olvidamos que el nuestro también se las trae, un peculiar modo de traducir la voluntad popular en escaños caracterizado por un principio radicalmente injusto: los votos no tienen el mismo valor. De ahí que con ochocientas mil papeletas concentradas en una autonomía se pueda obtener una docena de representantes a nivel nacional, mientras que con tres millones en todo el territorio tan solo te llega para sentar a cinco diputados. Que se lo cuenten a Izquierda Unida. Vale, continúa rigiendo lo de un hombre un voto, pero claramente hay votos y votos.

Y si Trump denuncia el supuesto pucherazo que le expulsa de la Casa Blanca, y no es la primera vez que sucede, no es menos cierto que cada vez que los españoles acudimos a las urnas el resultado es “legalmente cocinado” para que privilegie a unos en perjuicio de otros más numerosos.

La reforma del sistema electoral estadounidense es cosa suya, un pueblo con mucha más experiencia democrática que España, que, como quien dice, es adolescente en la materia. Cierto que resulta incomprensible que, a estas alturas, y con el nivel tecnológico de la por ahora primera potencia mundial, continúen votando a la remanguillé, pero, insisto, es su problema, que tienen identificado y que, ellos sabrán, se resisten a cambiar.

Pero ¿qué tal si el Parlamento español se planteara, además de la cadena de disparates que debate y aprueba regularmente, ajustar el procedimiento electoral para aproximarlo más a la decisión real del pueblo? O sea, avanzar hacia un sistema más democrático, que nunca está de más, ¿verdad?

Si lo piensan bien y cuentan el número de votos que llevan en sus respectivas mochilas, leyes fundamentales que pueden marcar el futuro de este país están en manos de las minorías. Ojito.

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