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Mario Antuña

Siete leguas

Mario Antuña

Montaña rusa

“Algo es algo, digo un calvo al encontrar un peine”, repetía un profesor hasta descolorarle la gracia. Algo así podemos decir ante el proyecto para darle la vuelta, como si de un viejo calcetín se tratase, a la estación de Valgrande-Pajares. De la más precaria obsolescencia a convertirse en un parque de atracciones con la cartera de los fondos mineros. ¡Hasta una montaña rusa! ¡Pásmense! Y no lo escribo con ironía. Pero resulta sorprendente cómo en unos meses el Gobierno asturiano ha pasado de considerar casi un despilfarro invertir en la estación de esquí a apostar con derroche de ideas y dinero para convertirla en un motor económico de la comarca, activa durante todo el año. Arrepentidos los quiere y necesita el futuro. Ojalá que la montaña rusa, además de los vertiginosos descensos, tenga subidas, muchas subidas...

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