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José Manuel Ibáñez

Año bisiesto, año siniestro

Cada cuatro años el calendario gregoriano añade un día extra a los doce meses habituales. Son conocidos como bisiestos. En coincidencia con ellos suelen ocurrir catástrofes naturales, o tragedias diversas auspiciadas por la mano del hombre. Posiblemente se deba a la casualidad, pero muchas personas creen a pies juntillas en lo de “año bisiesto año siniestro”.

Estos últimos exponen amplio repertorio de cosas que han ocurrido en los citados años: Inicio de la sangrienta guerra civil española, hundimiento del Titanic, el gran terremoto de Chile, la construcción del centro de exterminio de Auschwitz. También en años bisiestos fueron asesinados Gandhi, Robert F. Kennedy, John Lennon, o Martin Luther King. Simples ejemplos entre tantos y tantos. Aunque también hay algunos que esperan esta cita bisiesta con ilusión, ya que intentan convencernos, eso si desplegando buen humor, que cumplen años cada cuatro, y pasan de los malos augurios. Felices ellos.

Otra superstición son las meigas gallegas que no se hacen visibles “pero haberlas haylas” dicen, a las que les atribuyen poderes sanadores de enfermedades, o quitar el mal de ojo, las leyendas les adjudican poderes maléficos, expertas en maldiciones que aterrorizan a los pueblos de la Galicia profunda.

En resumen, todo ello resulta muy extraño y sin ninguna explicación lógica, tanto lo bisiesto como las maldiciones que se cumplen. Si nos ceñimos a año actual, pocas veces a lo largo de la historia habrá existido uno tan pésimo como este. Llevamos más de cincuenta mil muertos, y vayan ustedes a saber cuanto van a seguir subiendo las cifras, con independencia de las consecuencias de todo tipo que van inherentes con la pandemia.

Uno no cree en estas cosas, pero cuando menos me está dando que pensar... ¡Y mucho!

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