La noticia era muy curiosa, al menos para mí. Con esto de la pandemia, hasta ese momento sólo se había declarado un caso de gripe en toda España. Y me llevó a imaginar la reacción de esa persona, el único griposo entre más de 40 millones de habitantes. ¿Cómo me las habré arreglado para pillar la gripe yo solo? Qué mala suerte. ¿Y cómo se contagia el primero? ¿Qué hice? ¿Dónde estuve?
La parte buena del distanciamiento social, el reforzamiento de las medidas higiénicas y el uso de mascarillas es que la recurrente gripe, que nos visita y fastidia cada año. y que en esta época a muchos nos tendría agarrados a los pañuelos y los antitérmicos, no está teniendo campo de acción.
A ver si aprendemos y en el futuro somos capaces de mantener algunos hábitos que el covid-19 nos ha impuesto. Por ejemplo, ante los primeros síntomas de catarro o gripe, mascarilla al canto y restricción del contacto social, desterrando la tradicional costumbre española de compartir y dispersar virus y malestares varios. Ay, qué malín estoy, con fiebre y escalofríos. Bajo al bar a tomar un carajillo y así me distraigo charlando con alguien.
A lo que iba, que debe uno quedarse perplejo al saber que es el único español griposo. Porque si es que eres el único español ganador de los euromillones, pues olé, mira tú qué bien. Pero que nadie más se contagie la gripe, vaya tela. Como para no presumir.
Mari, tengo gripe. Tú eres bobo. A saber qué habrás estado haciendo porque este año no hay gripe. Lo dijo Simón ¿No podías pillar el covid como todo el mundo? Mira que te gusta llamar la atención. Y ahora pretenderás compartirla conmigo, ¿no? Ni lo sueñes. Hala, al sofá o a casa de tu madre, que está vacunada.
