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Francisco Palacios

Líneas críticas

Francisco Palacios

El universo de los virus

El libro “Viral”, en el que el asturiano Juan Fueyo habla sobre las epidemias y sus consecuencias

Nació en Oviedo (1957), estudió medicina en la Universidad Autónoma de Barcelona. Ahora es un prestigioso profesor e investigador en el centro oncológico de M.D. Anderson de Houston (Estados Unidos), donde ha descubierto que el virus podía servir para tratar los tumores cerebrales.

Se llama Juan Fueyo y acaba de publicar un ensayo titulado “Viral: historia de la eterna lucha de la humanidad contra los virus”, prologado por la langreana María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Juan Fueyo explica que los virus son los peores depredadores de los seres humanos y nos acechan desde “la mortal oscuridad de nuestra ignorancia”. Define al virus (que significa veneno) como un conjunto de malas noticias envueltas en una proteína. “Hay más virus en la tierra que estrellas en el cielo”, pero la mayoría son inofensivos. Su universo es la “inhóspita jungla” de la virosfera.

De Pasteur es la idea de que hay gérmenes más pequeños que las bacterias que pueden producir enfermedades graves. Fueyo comienza precisamente el libro con una cita de Pasteur. Pero la existencia de los virus no se comprobó realmente hasta la invención del microscopio electrónico a mediados del siglo XIX.

Los científicos no se ponen de acuerdo sobre si los virus están vivos o muertos: algo está vivo cuando puede reproducirse por sí mismo. Y los virus sólo pueden vivir y multiplicarse cuando se adhieren a una célula. Y en el momento en que se activan su potencial puede ser demoledor.

El científico asturiano advierte de que la masificación de las grandes ciudades favorece la aparición de futuros virus más letales. Además el cambio climático y la deforestación producen zonas más desérticas, permitiendo que los animales se acerquen a las ciudades e interactúen con los humanos, por lo que cada vez hay más personas expuestas a virus salvajes.

Ilustra asimismo con un ejemplo los devastadores efectos que puede llegar a tener la globalización: un pato infectado por un virus en Tailandia es un peligro para cualquier barrio de España en pocas horas. De ahí sus vaticinios apocalípticos en las primeras páginas del libro, aunque los atenúa al final.

Admirador del también científico y famoso divulgador Carl Sagan, Juan Fueyo establece en su libro una especie de diálogo entre la ciencia, la filosofía, la literatura, la biología, la arqueología, la historia o la astrofísica.

En tal sentido, analiza reconocidas obras literarias de temas relacionados con epidemias históricas, como “El Decamerón” de Bocaccio, que se desarrolla en la Florencia medieval damnificada por la Peste Negra que asoló buena parte de Europa en la mitad del siglo XIV. También se refiere a “La peste” de Albert Camus, “El último hombre”, novela dantesca de ciencia ficción de Mary Shelley o los cuentos de terror de Stephen King, entre otras varias.

A pesar del tono apocalíptico del comienzo y otras partes del libro, Juan Fueyo desliza un mensaje esperanzador. Pero su optimismo se esconde siempre bajo la severa advertencia del peligro: el rigor del conocimiento científico nada tiene que ver con el culto a la ignorancia que practican los oscurantistas.

Su mensaje último es que, gracias a las vacunas, podremos acabar con la fatídica epidemia antes del verano. Parece aplicar la divisa de que en la lucha contra los virus milenarios y mutantes siempre han triunfado los seres humanos.

En suma, “Viral” es un excelente y muy recomendable ensayo. No sólo por sus aportaciones científicas, sino también por sus pertinentes incursiones en otros muchos ámbitos del saber. Y creo que Juan Fueyo sintetiza el objetivo de su libro en una cita tomada de Sagan: “El conocimiento es nuestro destino”.

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