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La igualdad no es cuestión ni de izquierdas ni de un día

En respuesta a la concejala de Mujer y Feminismo del Ayuntamiento de Mieres

El 8 de marzo es una fecha destacada en el calendario porque en ella se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Este año lo hizo bajo el lema: “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19”.

La celebración de este día ofrece la oportunidad de sensibilizar acerca de una cuestión tan relevante como la lucha de las mujeres para conseguir la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades, a la vez que señala la existencia de problemas sin resolver en ámbitos como la participación política, el mercado laboral, la violencia o la migración y la exigencia de que los gobiernos tomen medidas y actúen al respecto.

Se trata de una lucha en el día a día, los 365 días del año, donde todos –mujeres y hombres– hemos de estar en primera línea sin protagonismos demagógicos ni oportunismos excluyentes que sólo traten de desunir, fracturar y enfrentar por un minuto de gloria en un medio de comunicación o por justificar una concejalía que, por llevar adjunto la denominación de “mujer y feminismo”, su adjudicataria considera que es la máxima valedora municipal de lo que ello conlleva.

Y eso es lo que está ocurriendo en el Ayuntamiento de Mieres con la titular de la Concejalía de Mujer y Feminismo cuya falta de humildad y empatía a la hora de ejercer el poder político que le otorgaron las urnas, cualidades como la confianza y seguridad en uno mismo necesarias para poder ejercer dicho poder, se transformen en soberbia, arrogancia y prepotencia, lo que no ayuda a resolver problemas, sino que los agudiza.

Esta es la única explicación que desde el Partido Popular encontramos al escrito que la Sra. Ordóñez plasma para hacer su reconocimiento a la celebración de una fecha tan significada como es el 8 de marzo en el Ayuntamiento de Mieres en este periódico, donde toda su aportación puede resumirse en “qué cabreo tengo porque el grupo municipal del Partido Popular se abstuvo en una moción que yo presenté y voy a tratar de tildarlos de antimujer y antifeministas para que todos lo sepan”, añado que en su subconsciente seguramente pululaba la idea de “como todos los que no piensan como yo en este tema” y “si tengo que mentir en mis argumentos lo haré en pos de la Mujer que para eso soy la concejal del área” .

Todo ello en vez de explicarles a sus lectores lo que desde su atalaya de poder ha llevado a cabo para que en el concejo de Mieres –no le pedimos más–, se eliminen desigualdades, discriminaciones, violencias y demás problemas que también sufren sus vecinas. Pero eso era demasiado difícil por cuanto en los veinte meses que viene ocupando su cargo no hay ninguna novedad al respecto. Sólo el continuismo y las mismas palabras que siempre se quedan en meras palabras y no se convierten en acciones.

Pero faltaría a la verdad si no señalase un retroceso en este período dado que tras años en los que las asociaciones de mujeres del concejo de Mieres, junto con las técnicas de la Casa de Encuentro de la Mujer y representantes de los grupos municipales fuimos capaces de ponernos de acuerdo en la promulgación de un manifiesto para conmemorar el 8 de marzo, en esta ocasión no ha sido así por el nulo interés que Doña Nuria ha demostrado en ello, probablemente porque estuviese eligiendo el “merchandaisin” necesario para adornar su acto central, que según manifestó en la comisión no iba a ser presencial pero que, ignorando la situación en que vivimos con la covid-19, pensó sería mejor convocar una concentración pública.

Las mujeres y los hombres del Partido Popular de Mieres celebramos el 8 de marzo y seguiremos reivindicando todos los días de cada año aquello que a las mujeres nos queda por conseguir la igualdad real en materias como el empleo, la conciliación, la brecha salarial o la violencia de género entre otras, trataremos de seguir luchando contra todos aquellos obstáculos que por nuestra condición de mujer encontramos todavía. Y lo haremos en compañía de nuestras madres, hijas, hermanas, abuelas y amigas, pero también acompañadas de nuestros padres, hijos, hermanos, abuelos y amigos. Este año fue de una forma distinta, desde nuestras casas o lugares de trabajo por respeto a tantos miles de personas fallecidas y enfermas, y a aquellas que llevan un año velando por nuestra salud y por mantener nuestras actividades cotidianas desde los centros sanitarios, alimentarios, educativos.

Usted, doña Nuria Ordóñez puede seguir instalada en su sectarismo, tragándose su bilis, recreándose en sus mentiras, creyéndose su progresía. Nosotros seguiremos, como ya le dijimos en la última sesión plenaria, buscando un cauce común, tratando de que las palabras dejen paso a los hechos, buscando la autocrítica, denunciando que podemos plasmar por escrito una y mil veces las justas reivindicaciones de las mujeres para hacerlas visibles ante la sociedad pero que como administración hay que ir más allá y, dentro de nuestras competencias, incrementar esfuerzos y presupuestos para la puesta en práctica de acciones reales y no sólo simbólicas.

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