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Luis Alonso Vega

Desde la Meseta

Luis Alonso-Vega

Pascua

Recuerdos de tartas con figuras de chocolate y de los Huevos Pintos

¡Cuánto echo en falta esta fiesta! Como un niño más permanecería con la nariz pegada al cristal de la Confitería Betty, observando sus tartas con muñequitos y casitas al estilo del cuento de Blancanieves y sus siete enanitos, o de Caperucita Roja sin faltarles el lobo, la abuelita y el leñador. Todo ello rodeado de sabrosa nata, mantequilla, bizcocho bañado de chocolate marrón o blanco. ¿Cómo les he dejado el paladar? Bueno, a mí me cae la baba con tanto dulce en el escaparate.

Pero hay algo más en estos días y son los Huevos Pintos que, originales de Pola de Siero, fueron autorizados en Sama, vendidos en papel de seda o celofán, o mejor en una cestita de mimbre. Durante muchos años se mantuvieron en mi casa dos Huevos Pintos: uno de pato, lógicamente de mayor tamaño, y otro de gallina, hasta que maldito día se rompieron y en su interior había podredumbre y fétido olor. Hoy conservo un huevo que me regalaron, en su cesta con hierba en su base y alrededor, que cuidamos con mucho cariño.

Pasan los años y echo de menos aquella festividad, en la que mis padrinos me regalaban una gran y hermosa tarta, después que yo les llevase la palma el día de Ramos. De la misma forma que también conservo el grato recuerdo de mi ahijado, a la par que sobrino, donde a ambos nos queda el hablar por teléfono a menudo.

A 400 y pico kilómetros de distancia cierro mi comentario, pero con la ilusión de ver pegada mi nariz en el escaparate de Betty en la calle Dorado de Sama de Langreo.

Exposición de Huevos Pintos en Sama.

Exposición de Huevos Pintos en Sama.

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