El entorno de La Chalana en Laviana hace años que dejó de ser un rincón envuelto en paisaje y agua. Lo que significó un auténtico balneario natural en otro tiempo, actualmente es un rodal totalmente abandonado y sin visos de convertirse en lo que tendría que ser. Un parque fluvial con zonas de baños y lugar de encuentro y esparcimiento para oxigenar el cuerpo y deleitar el espíritu. Pero no. Por estos pagos no se valora en su medida una realidad medioambiental que pide a gritos que se remodele y constituya ese enclave que a todos nos gustaría. Son varias décadas que La Chalana es sólo el nombre y poco más con la entelequia por montera y el olvido por norma.
Los que tienen que actuar con diligencia y pasión no lo hacen y el pueblo llano hace su crítica pero se conforma con lo que observa. Muchos cantos rodados, poca agua y cierta suciedad en esas márgenes que un día aliviaron la dura canícula de entonces. Aunque sólo fuera por la popularidad del enclave acuático con su puente y sus contornos, sería de obligada acción recuperar su belleza y tradición para disfrute de una vecindad que en estos momentos, eso creo, le importa un bledo que este paraje siga en esa desmemoria perenne.
Y ese sitio con sabor y agarrado al cancionero regional sufre en silencio un trato incomprensible por esos poderes fácticos que necesitan grandes dosis de entusiasmo y viajar más a otros recintos de nuestra España donde con sus ríos y afluentes aprovechan, con poco gasto, n emplazamiento ideal para satisfacer las buenas sensaciones de solaz y divertimento contribuyendo a mejorar el turismo local y favorecer el amor por su reducto.
Lo que ocurre en La Chalana nadie lo entiende. Y protestar y reivindicar ese territorio para fines de expansión es predicar en desierto y perder el tiempo. Es una pena y todo son disculpas. No quiero culpar a nadie porque la culpa es de todos. Gobernantes y gobernados. Ahora por fin, una entidad popular como es URACAN capitaneada por el insistente Jerónimo González consiguió miles de firmas para llevar a efecto un proyecto de rehabilitación de ese andurrial. Por ahora todo papel mojado. Y si las gentes de aquí no se ponen en pie de exigencia ciudadana, La Chalana seguirá como hasta ahora, oculta en la amnesia de muchos y perdida en su laberinto burocrático.
Si queremos de verdad un turismo inteligente y doméstico, este ámbito de nostalgia y verdad podría evitarse que se convierta en todo un futurible. Pudo ser y no fue. Espero que las influencias en la Administración del Principado sean eficientes. La Chalana no se merece este trato.