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José Manuel García

Seguir cantando para mantenerla viva

Un análisis de la situación actual y del futuro de la canción asturiana

La Tonada Asturiana no ha llegado a día de hoy a su máximo esplendor, ni al final de su camino. Por tanto, es necesario seguir perfilando y mostrando toda la expresión artística de este arte. Es una de las manifestaciones artísticas de raíz asturiana. Una parte esencial de la música asturiana más tradicional, que está cargada de significación y es nuestra primera expresión de la palabra hecha música o canción.

El trabajo diario es necesario para lograr el objetivo y si las circunstancias de la vida erosionan esa trayectoria, entonces, cada día ir aumentando la intensidad para recuperar lo perdido y seguir en la idea inicial de no retroceder.

Esta es la verdad cotidiana, la de las gentes sencillas que poblaron los hogares y a los caminos dieron vida. En los chigres los cantares, los rumores, las novedades y anécdotas del día adía. De tus pobladores demasiados van faltando, tornándose irremplazables los huecos que van dejando. Muchos otros debido a la crisis han emigrado. Pero aunque sea en otro lugar, continuarán en el mundo de la música y difundiendo, no cabe duda, la tonada asturiana. Son personas de «a pie» con objetivos y realizan actividades para destacar y potenciar la música tradicional de su pueblo. Pero lo meritorio es dejar huella, hacer oír la voz, proyectar la imagen y consolidar la consideración social de los intérpretes. Todos ellos con gran capacidad interpretativa y con una musicalidad que sale del corazón, bordada de sentimientos, para transmitir sosiego, emociones y la mayor sensación posible de paz a quien le escucha. Y con una virtud añadida el haber sabido canalizar todo aquello que emana de la sabiduría popular y también sus luchas en general por la pureza de toda nuestra canción vernácula más genuina. El esfuerzo de todos hasta ahora es aval suficiente, pero hay que ampliarlo para que la tonada asturiana pueda vivir holgadamente para siempre en las músicas del mundo entero.

Ignoro si este año y el entrante traerán cosas buenas para la toná. Un reto, sí, desde luego. Además, descomunal. Como continuadores de este arte, no deberíamos entrampar más a nuestros herederos de la tonada con un déficit estrangulador. Pues lo conveniente sería transmitir a los descendientes un patrimonio en mucha mejor situación de la que lo hemos recibido nosotros. Pero, aunque cueste sangre, sudor y lágrimas, resulta alentador ver que aun se pueden cambiar cosas, aunque sea a marchas forzadas.

Asistentes a un certamen de tonada en la Casa de Cultura de Mieres. José Manuel García

Esperemos que este cambio sea favorable; por culpa del Covid-19 ya no somos los mismos de ayer: el bienestar decrece, los salarios menguan, el consumo se contiene, los recortes están a la orden del día. La austeridad, querámoslo o no, se impone, y nos obliga a adaptarnos a la nueva situación.

Siendo siempre, reflexivo e indagador, me sorprende de que un espectáculo de gran calidad, que exige el esfuerzo continuado del intérprete y que es un lujazo para cualquier pueblo o villa, no sea valorado y seguido por tantísimas personas a las que afortunadamente les encanta la toná. Mi sorpresa se agranda si me paro a pensar que, además, es un rico patrimonio musical del que todos los asturianos podemos disfrutar.

Como intérprete y defensor de la cultura tradicional, las dificultades presentes nos obliga a los asturianos amantes de la música a contribuir a su afianzamiento. A pesar de las dificultades, debemos seguir potenciándola. No trunquemos su trayectoria. Se necesitan más voces. Si la toná ha sido despojada de tantas cosas a lo largo de los últimos decenios, los asturianos deberíamos hacer piña en torno a las que quedan, sobre todo cuando se pretende que mejore lo que ya de por sí, es sobresaliente.

Hace varios años se buscaron escenarios para llegar a los más jóvenes como El Colegio Aniceto Sela de Mieres, el Instituto Bernaldo de Quirós, El Conservatorio de Música de Mieres y el Departamento de Musicología de la Universidad de Oviedo, y si fue enriquecedora la colaboración, ya que alumnos, profesores y catedráticos participaron en conferencias y debates. La idea planteada en esos escenarios, era hablar de toná y de todo lo que es y representa para a partir de ahí encontrar nuevas voces para la toná, pero el resultado no fue el deseado.

Posteriormente se monto la escuela de tonada para todas las edades en el local de la Asociación de Vecinos Santa Marina – Mieres. En los primeros meses de la escuela me pregunto mucha gente que le gusta cantar de todo un poco si podían hacer cosas diferentes, de no mantener la forma tradicional de cantar porque era muy difícil. Yo les decía, te ves con cualidades y posibilidades de triunfar en otro género o estilo musical inténtalo y ojalá triunfes, pero no cometas el error de cambiar una tradición. Sería como cortarle las raíces. Aquí el resultado fue bueno y varias voces se incorporaron al mudo de la tonada.

En el año 2016 mis anotaciones me arrojaban unos números decadentes en toda Asturias. Ante esa situación decidí que había que hacer algo para tratar de cambiar esa tendencia, a parte de la celebración del festival de tonada de las fiestas de Requexu, decidí aumentar la programación y poner en marcha el Primer Encuentro Libre de Cantares de Chigre y Sidrerías. Como marco la incomparable Plaza de Requexu – Mieres.

Como infraestructura se disponía de: Un escenario, una megafonía y un gaitero acompañante para todo el que quisiera cantar toná. La participación de intérpretes de tonada fue más bien baja, lo que sí cabe destacar fue la masiva participación del público cantando las canciones más populares asturianas, pero no tonada. Los años siguientes se siguió celebrando salvo el 2020, por lo que todo el mundo sabe, esperamos poder volver a retomarlo por esas fechas en cuanto nos sea posible, en aras de seguir sembrando asturianía.

Seguramente en esta época que vivimos de iPad, de iphone, móviles, portátiles y tablet, suena raro lo de cantar tonadas en los bares, en las fiestas o a los postres de una reunión de amigos. Pero si sientes verdadera pasión por cantar toná y hacerlo en tu tiempo libre, sin contraprestaciones, por el placer de compartir, poco a poco iras logrando que el circulo sea cada vez mayor, y a la vez sin darte cuanta estarás logrando tres objetivos, el primero estas contribuyendo a mantener las tradiciones que es fiel reflejo de un pasado, el segundo haciendo cada día más grande este cante que exhala arte por todos los poros de sus canciones y el tercero que será muy importante el sentirte realizado como cantante y llegar a esos escenarios que todos soñamos cuando iniciamos la actividad de querer ser cantante. Y ahí sí encontrarás las contraprestaciones.

Desde su origen la herencia que se ha ido transmitiendo de la tonada asturiana de generación en generación hasta nuestros días se podrían simplificar en dos premisas claves: la primera es la gran riqueza de este cante y todo lo que representa. La segunda que, para llegar hasta la actualidad, ha sido gracias al esfuerzo de las distintas generaciones de intérpretes junto con los aficionados que no han escatimado ningún recurso fuera económico o físico por mantener la seña de identidad recibida de sus ancestros. Hasta el momento y a pesar de los muchos esfuerzos e intentos realizados no ha sido posible colocarla en el mercado musical y que se le diera el reconocimiento que merece, como pasa con otros cantes.

La tonada asturiana es quizá la máxima manifestación de la música tradicional asturiana. Al igual que sucede con otros géneros, la estimación hacia los artistas individuales es uno de los factores que puede contribuir a que la toná trascienda más allá de su origen. Para lograrlo o al menos intentarlo el artista debería dar conciertos solo con los músicos acompañantes necesarios para cada canción. Muchos críticos dicen que meter en un mismo concierto otro género con la idea alargarlo o de intentar complacer a más público desvirtúa el concierto y perjudica al artista.

Dada la poca presencia de la Toná en las fiestas de los pueblos de Asturias anterior a la llegada de la maldita pandemia y la precaria situación que desgraciadamente nos dejará. Una vez que podamos retomar de nuevo la situación creo que urge replantearnos nuevos caminos. Si no queremos ser solamente intérpretes de concursos. Por lo tanto, en estos momentos de incertidumbre, de dificultades en los pueblos donde la posibilidad de realizar cualquier acto cultural o festivo no es fácil por falta de medios económicos. Los conocidos tradicionalmente por “los voluntarios de la toná” una vez más tenemos la oportunidad de hacer honor a nuestro voluntariado y de ofrecer nuestra colaboración a los pueblos que nos lo soliciten, por una parte, para ayudarlos a remontar y por otra para seguir manteniendo viva la toná. No nos engañemos, más del 80% de los intérpretes de Tonada Asturiana de todos los tiempos han sido conscientes de que realizan una actividad extremadamente gratificante, pero casi altruista. Los voluntarios esfuerzos por mantenerla activa, los sienten pagados con la satisfacción de difundir las raíces de la canción vernácula.

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