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José Antonio Vega

El baúl de la historia

José Antonio Vega

El “Ochobre” de Santa Cristina de Lena

Las rehabilitaciones de la visitada ermita lenense, originaria del siglo IX

Sobre una colina y en un entorno bucólico, se levanta en el camino del Salvador la iglesia prerrománica de Santa Cristina de Lena, la cual data del siglo IX. Se trata de un edificio con una sola nave y de aspecto sobrio y robusto, lo que se traduce en una construcción enigmática y de sutil belleza. En la actualidad, es uno de los monumentos más visitados en la comarca del Caudal, encontrándose a unos 35 kilómetros al sur de Oviedo y a 5 aproximadamente de la villa de Pola de Lena, muy cerca a la población conocida como Vega del Rey, situada en una colina próxima a la que fue la principal vía de comunicación entre Asturias y la Meseta a través del puerto de Pajares.

El “Ochobre” de Santa Cristina de Lena

Esta es una de las obras más emblemáticas del arte prerrománico asturiano, encuadrándose su construcción dentro de la llamada etapa ramirense. Durante los reinados tanto del justiciero Ramiro I y de su hijo y sucesor Ordoño I, la arquitectura del Reino de Asturias alcanzó su fase de mayor esplendor gracias a obras como la que hoy nos ocupa. Tampoco debemos de olvidarnos del conjunto palatino suburbano del Monte Naranco, compuesto en este caso por la iglesia de San Miguel de Lillo y, a modo de pabellón de caza, de Santa María del Naranco, ambos en la ciudad de Oviedo y de belleza sin igual.

Esta popular ermita de la cuenca minera está conservada gracias a diferentes restauraciones comenzadas a finales del siglo XIX. La belleza de Santa Cristina de Lena hizo que fuese declarada monumento histórico artístico el 24 de agosto de 1885 y, un siglo más tarde, sería distinguida, de nuevo, junto a otros edificios prerrománicos asturianos, como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El actual aspecto del monumento se debe esencialmente a dos rehabilitaciones importantes: una a finales del siglo XIX, en la que se rehabilitó el gastado tejado que entonces cubría la capilla, incluido el entramado era madera. La segunda rehabilitación tuvo lugar poco antes del estallido de la guerra civil y con objeto de arreglar los destrozos ocasionados durante la revolución de Asturias en 1934, los cuales afectaron al pórtico, entre otras estructuras.

Se debe de citar que existieron otras restauraciones previas a estas que hemos citado a tenor de la documentación consultada, ya que se realizó una promovida en 1860 por Francisco Benavides y el entonces párroco de Felgueras, con una dotación económica de 2.232 reales. Para lograrlo, el sacerdote había acudido a Oviedo en calidad de miembro del Ayuntamiento de Lena para quejarse del mal estado en el que se encontraba la capilla de Santa Cristina.

De Oviedo también partiría el interés por su declaración como monumento nacional, impulsando esta suerte de candidatura la Comisión Provincial de Monumentos Históricos. Los miembros de esta comisión fueron testigos visuales de que Santa Cristina aún necesitaba de más cuidados, por lo que impulsaron una segunda reforma. Para ello, solicitaron a Javier de Aguirre que realizara labores de conservación.

Unos años más tarde, la comisión se dirigiría a la prestigiosa Real Academia de San Fernando y a la Dirección General de Obras Públicas ante la situación inminente de ruina, las cuales determinaron que el arquitecto Ricardo Velázquez se encargara de su restauración. La labor de Velázquez fue inexistente, pues la comisión denunció ante las autoridades competentes que nunca se había llegado a presentar en dicho monumento.

A consecuencia de ello, Ricardo Velázquez sería cesado el 1 de septiembre de 1889 como encargado de la obra, encomendándose la misma a Juan Bautista Lázaro, quien por aquel entonces era el encargado de la restauración de la catedral de León. Un arquitecto que conocía Asturias, pues años antes se había presentado a la plaza de arquitecto provincial de Oviedo y que obtendría Javier de Aguirre.

Finalmente, las obras de restauración comenzarían en 1893, bajo la dirección Juan Bautista Lázaro de Diego, eso sí, bajo el proyecto de Velázquez Bosco. También se sustituiría la techumbre de madera por una cubierta abovedada. Durante el tiempo que duraron las obras este el arquitecto residiría en Pola de Lena para estar a pie de obra.

La decisión de construir la bóveda de la nave no tenía una justificación clara por necesidades estructurales, y este elemento tampoco era indispensable para que el espectador pudiera comprender el edificio, pero, en cambio, sí se consideró absolutamente necesario reproducir materialmente la hipótesis establecida en aquel momento sobre la iglesia y que la vinculaba al grupo de edificios del Naranco y, más en concreto, al período ramirense.

En la restauración se mantuvo tanto la espadaña como su campana, que solo medía en su mayor circunferencia 76 centímetros. Contaba con la siguiente leyenda “+ IHS XPS MARIA” y estaba grabada en letras góticas en relieve, datando de principios del siglo XVI.

Felizmente, el domingo 4 de agosto de 1895 la histórica iglesia volvería a abrir sus puertas al culto después de varios años de obras, aunque no sería la última vez que necesitaría rehabilitarse, ya que parte de la ermita fue destruida a consecuencia de los ataques de los militares en la revolución de octubre de 1934.

Según parece, los mineros la utilizaron de parapeto para defenderse de los ataques de las tropas de la república. Las fuerzas que llegaron a nuestra región intentaron desde Vega del Ciego varios asaltos a la cercana ermita de Santa Cristina de Lena, desde donde el abogado mierense Juan Pablo García dirigía la defensa, fracasando las tropas enviadas por el gobierno de Madrid. Ante esto, estas tropas no tuvieron inconveniente en bombardear el monumento. Para ello, el grupo de artillería ligera del Regimiento 14 de Valladolid, a cuyo mando estaba el comandante Moyano, instalaría cañones en las alturas de Puente de Los Fierros. Desde allí se bombardeó la ermita de Santa Cristina y consecuencia de esto el monumento quedaría seriamente dañado.

Nada mas terminada la revolución d'Ochobre, la comisión provincial se reuniría para tratar los posibles daños del patrimonio artístico de Asturias. Para conocer el estado en el que se encontraba el templo de Santa Cristina, se eligió como delegado al político mierense, Fausto Vigil, quien debía informar debidamente sobre cómo había quedado dicho monumento después de los bombardeos sufridos durante los días 7, 8 y 9 de octubre. Este delegado, químico de formación, realizaría en pocos días dicho trabajo, rematando su informe el 25 de noviembre de ese mismo año.

Los trabajos de restauración comenzaron en la primavera de 1935. Entonces, el cura párroco de Felgueras, comunicó a los devotos de Santa Cristina que debido a las necesarias obras de restauración que se estaban realizando en la capilla y otros inconvenientes, era imposible celebrar la fiesta de Santa Cristina en su día habitual, trasladándola al domingo 25 de agosto. En esta importante rehabilitación desaparecería de forma definitiva la espadaña y con ello la campana.

A propósito de esto último, no sobra reseñar que la fiesta tradicional en honor a Santa Cristina se celebra el último domingo de julio. Además se trata además de una de las romerías más populares del municipio, a la que acuden numerosos fieles procedentes de diferentes lugares de Asturias. Es imposible no contagiarse del disfrute de vecinos y visitantes que se acercan para participar en esta celebración festiva y gozar del entorno natural.

Hace muchos años, los actos comenzaban con una solemne función religiosa en la capilla donde la Santa era venerada. Por la tarde, se celebraba una concurridísima y llena de entusiasmo romería, añadiendo una nota extraordinaria al de por sí bellísimo paisaje, que desde la altura de la ermita se domina, no sólo la animación que producían las variadas músicas y bailes que en su torno se formaban, sino también los diferentes grupos de romeros que repartidos por pomaradas, y praderas daban cuenta de abundantes y bien preparadas meriendas.

En la actualidad, se celebra una tradicional romería con misa en honor a Santa Cristina en el exterior del templo todos los años el último domingo de julio a las 12:30. Acudiendo a ella los habitantes de los pueblos y caseríos cercanos. Al finalizar la misa hay una subasta de panes que se ofrece en honor a la santa, o como se dicen en asturiano la puya'l ramu.

Finalmente, desde estas líneas me gustaría invitar a todos a conocer la ermita, pues resulta una agradable experiencia, que no deja de sorprender por su elegante sencillez, cuyo interior del edificio es muy destacable. Como ocurre con este tipo de construcciones, parece que las piedras de este monumento nos relatan la leyenda de un pasado muy lejano. Así que sólo necesitan a alguien que esté dispuesto a escucharlas. Ya tienen plan para el fin de semana y sin concentraciones masivas.

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