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Albino Suárez

Como el río

Albino Suárez

Otro del valle de Tolivia

El lavianés Olegario González Fernández desempeñó muchas labores en su vida como escayolista dedicado a la decoración y ahora crea figuras humanas y etéreas a través de la poesía

La obra que recupera del olvido motivos y leyendas… en verso.

Otro del valle de Tolivia

Así es y eso digo: Olegario González Fernández, de El Navaliegu, en los aledaños de La Bárgana, aldea que dio nombre a un personaje celebre, que habiendo sido calificado de bandolero como fue “El Bárgana”, hoy sería poco menos que un santo de los altares. Bueno, pues ya que hemos hablado de Tanto Blanco, que era y es de Tolivia, aunque reside en Pola, hoy nos toca hablar de Olegario González Fernández, del mismo valle de Tolivia, quien ya era conocido desde hace muchos años como amigo y persona estimada. Pero es que Olegario, así, de la noche a la mañana, se nos ha descubierto como un poeta de verso asonante, pero rotundo y feraz.

Olegario, ¿quién es? Bueno, Olegario hoy ya está entrando en la jubilación, pero es el que está rehabilitando su aldea del Navaliegu, recuperando viejas casas, molinos, bocaminas, hórreos, fuentes… Creando figuras busgósicas, configurando tallas, levantando muros y ¿cuándo escribe? Porque Olegario, ayer escayolista, dedicado a la decoración, amante cinegético, marino en su juventud, el que, en Cuba unas veces y otras en el Canadá, disfrutó de los trópicos cálidos unas veces y otras de las nieves y los vientos rudos canadienses, donde salmones y osos son y fueron trofeos suyos, lo cierto es que también escribe sus versos de historias ficticias e historias verdaderas.

O posibles, a veces de argumento duro y a veces de argumente pasional. Los poetas tienen esa virtud: crear figuras humanas y figuras etéreas. Y nunca rechazan los rosales de los caminos ni los encantos de los montes. Y suyas son otras razones de las que se siente orgulloso, y no es para menos, pues alguna de sus hijas ya le ha hecho abuelo. O eso creí entender un día.

En Olegario, como en muchas otras personas, se da como propia la frase orteguiana de “Yo soy yo y mis circunstancias”. Factores de la vida, o episodios de la existencia que son siempre, en las personas, el peso o las alas para desplazarse mejor o peor por la vida. La Vida, pues, de Olegario, es la suya, la que vive, la que sostiene del trabajo y de la ilusión de vivirla. La que a veces describe en sus versos, que seguramente un día veremos publicados. Seguramente.

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