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Francisco Palacios

Líneas críticas

Francisco Palacios

Con los pies en la tierra

La intervención de la escritora Ana Iris Simón en el encuentro sobre el reto demográfico celebrado en Moncloa

La joven periodista y escritora manchega Ana Iris Simón, autora del libro “Feria”, que va por la séptima edición, fue invitada hace unos días a la Moncloa para disertar sobre el reto demográfico dentro del documento España 2050 contra la despoblación.

En un discurso ante el presidente Sánchez que duró poco más de cuatro minutos, hizo un repaso demoledor para lo que se considera políticamente correcto. Como si fueran pinceladas impresionistas, fue desgranando una serie de breves e incisivas (a veces inconexas y nostálgicas) consideraciones sobre el tema propuesto y otras cuestiones más o menos relacionadas con la despoblación rural.

Afirmó la periodista que si realmente se quiere afrontar con rigor el reto demográfico se debe apostar seriamente por las familias, apoyándolas con beneficios fiscales, ayudas directas a la natalidad y escuelas gratuitas de 0 a 3 años en todo el territorio nacional. Que tener tres hijos en España no sea como lanzase al vacío.

Expuso también que cualquier plan demográfico pasa por reindustrializar el país. Recordó ante los políticos que el desmantelamiento industrial fue el peaje que España tuvo pagar a Europa, “convirtiendo nuestro país en el Marina D’Or de la Unión Europea, que ha beneficiado a unos pocos y perjudicado a muchos.

Para Iris Simón, frenar la despoblación pasa por facilitar el acceso al trabajo y la vivienda. Que los jóvenes de los pueblos no se vean obligados a hacinase en las grandes ciudades: desde hace unos años, la aldea global está arruinando a la aldea rural.

Hizo hincapié en el dramático paro juvenil, que en España es casi del 40 por ciento (el país con mayor porcentaje de la Unión Europea, superando ya a Grecia) y que los salarios de los jóvenes sean ahora el 50 por ciento más bajos que hace cuarenta años.

Y dirigiéndose a sus señorías, recalcó que se le ponían los pelos de punta cada vez que se habla de “necesitar de inmigrantes que nos paguen las pensiones, como si las personas fueran divisas”. Y añade que, mientras les pedimos a los inmigrantes que paguen nuestras pensiones, no les estamos permitiendo pagar las de sus padres, ni las de sus abuelos en sus países de origen, lo que supone una grave discriminación.

Iris Simón recuerda con nostalgia que “envidio la vida de mis padres a mi edad”, porque ellos tenían entonces la certeza de mantener sus trabajos y confiaban en que “las cosas irían a mejor”. Esa era su idea del progreso social.

Por contraste, se lamenta de que, con 28 años, ha vivido tres EREs y su contrato temporal finaliza dos días después de la fecha programada para su primer parto. No tiene coche, ni hipoteca, y si no los tiene es porque no puede. Y finaliza así su breve alegato: “Tras perder mi último trabajo, vivo ahora con mis padres en Aranjuez, donde quiero criar a mi hijo, que espero en pocos días. Y que sea lo que Dios quiera”.

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