Ayer despedimos desde el PCE de Llangréu, con tristeza, a uno de nuestros más ilustres camaradas, Juan Miranda Sánchez. Despedimos a un militante curtido en mil batallas y que con 60 años de militancia ininterrumpida en nuestro partido ha conseguido ser un referente para todos nosotros.
Militante ejemplar en silencio, compartiendo trincheras y compromiso con la militancia sindical y siempre ayudando en diferentes entidades vecinales y sociales, se va como siempre fue, con el silencio por bandera. Si ya de por sí era difícil en la clandestinidad y épocas de ilegalización política mantener y defender su identidad comunista, resulta aún más grandioso hacerlo como lo hizo. Cobrando cuotas de militantes casa por casa. Repartiendo y vendiendo “Mundo obrero” como nadie semanalmente y vendiendo lotería de autofinanciación de su partido como nadie sabía hacerlo ni superarlo.
Se va en silencio pero con el trabajo bien hecho. Como cuando nunca quiso ostentar cargos públicos ni dirigentes, como cuando siempre hacía su labor militante de base. Militancia abnegada nunca lo suficientemente reconocida pero imprescindible para la buena marcha de las organizaciones de izquierdas.
Te vas, camarada, en silencio, pero el nombre de Juanillo resonará con fuerza en cada rincón de Llangréu y en cada lugar de Riañu donde nadie, independientemente de sus ideas políticas, te olvida. Militante comunista de los pies a la cabeza y como representante de aquella gran agrupación que era la de Riañu, que tanto tiempo y sueño te quitó y que ahora ve con orgullo tu despedida bajo su bandera y con tus once claveles rojos.
Como reconocimiento justo el que te brindó hace unos meses tu agrupación langreana cuando desde el PCE pidieron propuestas de militantes de base abnegados y bregados en la lucha de calle para formar parte del documental del centenario de tu partido que dentro de poco se cumplirá y en el que participaste como digno representante de Llangréu y de los comunistas asturianos. Descansa Juan Miranda. Descansa Juanillo. Tu trabajo encomiable ha de servir de espejo a generaciones actuales de cómo militar. Los que tuvimos la gran suerte de conocerte y militar contigo solo podemos darte las gracias orgullosos de haber compartido trinchera contigo y gracias a tu familia por habernos dado el honor de compartir tu vida con nosotros. Hasta siempre camarada. Siempre con tu sonrisa en el corazón.
