La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Francisco Palacios

Líneas críticas

Francisco Palacios

Una obra maestra de Carrère

El nuevo premio “Princesa de Asturias” de las Letras de 2021 y su libro “El adversario”

El escritor francés Emmanuel Carrère ha sido el galardonado con el Premio “Princesa de Asturias” de las Letras 2021. El jurado destaca que se le concedió porque “sus libros contribuyen al desenmascaramiento de la condición humana y diseccionan la realidad de manera implacable”. Carrère ha declarado que era un honor increíble recibir este premio.

Una obra maestra de Carrère

De sus obras destaca sin duda “El adversario”, un relato escalofriante de un hecho real, que ha sido comparado con la novela-documento “A sangre fría” de Truman Capote.

Su protagonista” es Jean-Claude Romand, un supuesto doctor en Medicina, que se casó con una compañera de estudios, Florence Crolet, de cuyo matrimonio nacieron dos hijos.

Durante años, Romand salía de su casa todos los días para trabajar en un departamento de la organización Mundial de la Salud (OMS). Hizo ver a sus familiares que se había convertido en una eminencia de la investigación médica, que asistía y participaba en coloquios, seminarios y congresos en distintas partes del mundo.

Pero su vida profesional era una total impostura. Se pasaba las horas muertas en las cafeterías, parques, islotes de autopistas, aparcamientos. También vagó sin rumbo y conoció a muy pocas personas en ese tiempo. Solamente tuvo una amante durante unos meses. Una amante a la que mintió, estafó y estuvo a punto de asesinar.

Asimismo, para mantener las apariencias de un prestigioso funcionario internacional dejó correr la especie de que podía colocar rentables depósitos en un banco suizo. Familiares y amigos le confiaron cientos de miles de francos con la esperanza de obtener pingües beneficios. Solo hacía falta que no tocasen el dinero en mucho tiempo.

En el ámbito familiar, Jean-Claude se comportaba como un esposo y un padre afectuoso. Pero, a medida que pasaba el tiempo, notaba que el cerco se le iba estrechando. Y la primera ocasión se presentó cuando su suegro le pidió retirar parte del dinero que le había confiado. Poco después se caía por una escalera cuando estaba a solas con su yerno: murió en el hospital sin haber recobrado el conocimiento.

El 8 de enero de 1993 estalló la tragedia que conmovió a Francia. Tras asesinar a su esposa, a sus dos hijos y a sus padres, Jean-Claude Romand prendió fuego a la casa e intentó suicidarse con un puñado de pastillas caducadas. Así se cerraba el círculo vicioso de un impostor que comenzó a serlo el día en que había decidido no presentarse a un examen del segundo curso de Medicina. Fue condenado en principio a cadena perpetua, que le fue conmutada por 26 años de condena en una cárcel de alta seguridad.

Carrère y Romand mantuvieron una activa correspondencia durante varios años y se vieron en persona una sola vez. El escritor se inspiró para escribir “El adversario” en estos intercambios y en las conclusiones del juicio. En una de sus cartas, Carrère le decía que lo que había hecho no era “una obra de un criminal ordinario, sino la de un hombre empujado por unas fuerzas terribles”.

Romand quedó en libertad hace dos años, aunque debe estar sometido a vigilancia electrónica durante bastante tiempo y no puede viajar a determinadas zonas del país. Y sobre todo carece de referencias para rehacer su vida social y profesional.

Con 67 años decidió recluirse en una abadía de frailes benedictinos donde sigue una estricta rutina dedicado a tareas agrícolas y artesanales, y a sus inclinaciones místicas. Que es una forma de sobrellevar la pesada cruz de unos crímenes atroces.

Compartir el artículo

stats