El paisaje es el conjunto de características físicas visibles de nuestro entorno exterior. Unos marcados por la actividad humana y otros envueltos en la naturaleza primitiva y verde. Y al que me voy a referir tiene los accidentes geográficos muy bien definidos con relieves montañosos notablemente formados y valles determinados que le otorgan un escenario específico y atrayente.
El Alto Nalón en su discurrir por la sinuosa carretera hasta superar el Puerto de Tarna y alcanzando los confines de Riaño en León, es un territorio pródigo en belleza bondadosa y terapéutica que en días soleados atrapa al viajero sentido y animado. Yo defino a esta ruta como la Transcantábrica interior, siempre en compañía del Nalón joven con un arbolado intenso próximo a la calzada con pueblos plenos de sabor rural. Y en la Asturias cismontana La Fuente de la Nalona, en las cercanías del puerto, mana agua con la fuerza de un verdadero hontanar y representa la historia iniciática de un cauce con solera. Superada la cordillera con el Mampodre de vigía espléndido se toca el pueblo de Maraña en ese valle de Riosol montañero y acuático donde nace el río Esla, el afluente del Duero más largo de España.
En este pueblo montañés de esquiadores avezados y ganaderos intensos ven pasar la vida Anselmo y Carolina guardianes fervorosos desde su albergue familiar La Parada. En estos días veraniegos había mucho ambiente por la zona con grupos de senderistas que acuden a practicar su deporte favorito en este espacio abierto rodeado de peñas y picos llamativos. Siguiendo la carretera en dirección a Riaño con su embalse visual y las cumbres lejanas y majestuosas del Yordas y Gilda se llega al pueblo de Espejos de la Reina en el camino que va a San Glorio.
Aquí en su quesería delicada y cuidada, trabaja con primor y entusiasmo Sara Mateo. Una joven artesana de este producto que está logrando auténticas ambrosías lácteas de vacuno y cabra. Puede ser el queso de moda en León por su calidad organoléptica y su sabor equilibrado con el umami de trasfondo decidido. La Prada, quesos de vacuno y cabrío que están dando mucho que hablar. El regreso tranquilo y sosegado por la Transcantábrica interior, es volver de nuevo al paraíso, donde se lee perfectamente un paisaje vespertino precioso, cautivador y dinámico. En territorio de Sobrescobio dejando atrás los limpios pueblos de la montaña de León y los casinos locales, es obligada una parada en Campiellos para saludar en Les Pedroses a los amigos Pepa y Ray, verdaderos emprendedores de la causa turística y culinaria. Un orgullo para la zona contar con profesionales de esa categoría que con su labor dinámica proyectan su entorno por todo el Principado y fuera de él. Y es que ante un panorama de buenas sensaciones se comprendió mejor el paisaje.
