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José Manuel Ibáñez

Escalofríos

El uso de perfiles y correos electrónicos de personas fallecidas

Ya en el año 1894 en la zarzuela “La Verbena de La Paloma”, Don Hilarión cantaba aquello de “que las ciencias adelantan que es una barbaridad” con música del maestro Tomás Bretón. Pues va a resultar cierto, y más en esta época en lo que un día resulta lo último de lo último, al día siguiente se queda obsoleto. Aunque la historia que voy a explicitar resulta imposible de incluirla en los “adelantos” que cantaban en la citada zarzuela.

Así que me explico: esta temporada mi correo está recibiendo mensajes con peticiones de amistad de personas fallecidas hace tiempo. Me despreocupo del tema convencido de que sus deudos se olvidaron de cancelar su cuenta, y el sistema aleatoriamente los envía.

Nada de particular, pero si a esto se le añade que también llevo unas fechas recibiendo mensajes de persona fallecida hace varios años, personalizados y acompañados de audio y texto, eso ya no me gusta ni un pelo, y me quedan muy pocos. No le encuentro explicación.

La primera vez me entraron escalofríos, las siguientes los eliminé sin más.

Lo que los tiempos adelantan… no hace falta decir que resulta cierto, pero en este caso –que se sepa– no existe constancia alguna de que alguien desde el más allá contacte con alguien que sigue por aquí. Menudo chollu iba a tener si resultase cierto y lo explotase. Rico me iba a hacer. Supongo que será cosa de la plataforma, o la nube que archiva los mensajes de todos nosotros, o la ocurrencia de algún ociosu o faltosu suplantando a la personar fallecida con total falta de respeto hacia ella. Aunque desde hace unos días el tema no se ha vuelto a repetir. Espero que sea el punto final.

Pero el susto y los escalofríos del primer mensaje no me los quita nadie con independencia de que los tiempos y la ciencia sigan con su imparable avance, pero para tanto… como que no lo veo.

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