Opinión | Los recuerdos de mi lápiz

El águila que subió al cielo

La figura del aeronauta Jesús Fernández Duro, la placa de la antigua fábrica y su actual monumento

Las grandes estructuras metálicas de los altos hornos, junto a las altas chimeneas de la fábrica, dominaban el paisaje felguerino; a la vez que, innumerables talleres y otras fábricas, se mezclaban en perfecta armonía con todo el conjunto urbano de la Villa.

El águila que subió al cielo

El águila que subió al cielo / José Luis Iglesias Luelmo

El taller de moldearía de fundición de mi padre, se encontraba en el lugar que hoy ocupa la Casa de Cultura, y cuando él me enviaba a recoger planos a Duro Felguera, una vez traspasado el Portón de la Fábrica, a la derecha, siempre me quedaba admirando una preciosa placa de bronce colocada sobre el mármol de la entrada a las oficinas centrales. Aquella placa mostraba en todo su contorno una corona de laurel rodeando un pequeño busto de Jesús Fernández Duro, nieto de don Pedro Duro, fundador de la Fábrica Metalúrgica Duro Felguera. Debajo del rostro de Jesús, una gran águila con sus alas desplegadas, parecía competir con el vuelo de un globo aerostático que cruzaba una cadena montañosa. En la parte inferior de la placa, una breve leyenda desvelaba que, en aquella casa nació el aeronauta felguerino Jesús Fernández Duro.

No sólo me quedaba mirando aquella preciosa placa, si no que al tocarla, parecía transmitirme sensaciones de aventuras, por lo que mi imaginación veía a aquel felguerino como el protagonista de la novela de Julio Verne, “Cinco semanas en globo”. Así Jesús era para mí el inglés Samuel Fergusson, aquel sabio explorador que con su globo atravesaba el continente africano descubriendo las fuentes del Nilo.

Todo mi anhelo era descubrir los viajes de mi héroe felguerino, lo que me resultaría totalmente difícil al no conseguir ninguna bibliografía. Sólo aquella preciosa placa, alimentaba mi sed de conocimiento.

Años más tarde la Sociedad de Festejos “San Pedro” me encarga el monumento a su memoria, con gran emoción realizaré la escultura de mi admirado aventurero. A la vez, de la mano de José Luis Vigil-Escalera Balbona “Cholo”, se crea el Círculo Aeronáutico, y de su libro, “Al encuentro con... Jesús Fernández Duro”; relata con todo lujo de detalles la vida y obra de nuestro aeronauta felguerino. Su emocionante lectura me demuestra que nuestro aeronauta puede codearse con los Roald Amundsen, Capitán Scott y el mismísimo Charles Lindbergh.

En La Felguera de hoy, las grandes estructuras metálicas de los altos hornos junto, a las altas chimeneas de la Fábrica ya no dominan el paisaje felguerino. Pero en el amplio jardín al lado de la Iglesia, el gran “globo de hierro” hinchado de aire de acero y carbón, con Jesús en su barquilla, está preparado para elevarse en un cielo de esperanza y de recuerdos.

De mi admirada placa de juventud, siento a faltar el gran águila que competía con Jesús, por lo que me queda colocarla según aparece en mi dibujo. Así, como reza en la placa de la escultura, “Un águila subió al cielo para quejarse al Señor, que un hijo de La Felguera, en los aires la humilló”.

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