Mieres, sin duda, es una de las villas asturianas de más afición a nuestra tonada. Su aportación de intérpretes así como la calidad de los mismos ha sido notoria. Ahí tenemos a Juanín Menéndez, Laudelino Alonso, Silvino Argüelles o Josefina Argüelles, por citar los más relevantes. Como escenario de concursos y festivales de tonada en los teatros, cines y otros salones, los llenos eran históricos y como consecuencia en varias ocasiones, en distintas épocas, hubo que buscar mayores aforos para albergar a tantos aficionados que quedaban fuera de los recintos.

Al margen de los concursos, a los que ya citamos en anteriores ocasiones, hoy nos vamos a referir a dos acontecimientos lejanos de la canción asturiana en Mieres: El primero de ellos fue la actuación en el Casino de Mieres, los últimos días de mayo de 1916, del prestigioso pianista Baldomero Fernández acompañando a Ángel González “El Maragatu”. Este ofreció lo mejor de su repertorio, “La Pipiona”, “Ye Blanca”,·” Gaiteru”, “Soy del Hoyo”, “Caminito de Avilés” y “Madrugues tanto”.

Baldomero Fernández actuó en la segunda parte del concierto e interpretó dos obras de Albéniz y finalizó con la “Rapsodia Asturiana”, obra ésta, dedicada al célebre pianista francés Maurice Dusmenil, que tradicionalmente la incluía en sus conciertos. El éxito de Baldomero y “El Maragato” daría pie a repetir concierto en Mieres, en éste caso, en el Cine Pombo.

Los “Cuatro Ases”, Cuchichi, Botón, Miranda y Claverol, debutan en Mieres, en el cine Pombo, el día 8 de marzo de 1924. Antecedente del cuarteto es el dúo Cuchichi-Botón, a partir de 1917. El origen de la formación del cuarteto resulta algo confuso por las dispares versiones, incluso de sus propios miembros. Si es seguro su debut en 1923, en el Círculo de Artesanos de Cangas de Onís. El año siguiente fue el más pródigo en actuaciones en la provincia y más allá del Pajares, con mucho protagonismo en Gijón, donde según confesión de los propios componentes del cuarteto, fue donde más éxitos cosecharon.

La denominación de “Los Cuatro Ases” nunca se utilizó como reclamo publicitario del cuarteto en sus actuaciones. Simplemente se limitaban a relacionar sus cuatro nombres. La palabra “ases” se aplicaba en alusión a sus actuaciones y empieza a utilizarse en la prensa regional a partir de los años 30.

En su actuación en el citado Pombo, el cuarteto hizo dos recitales, tarde y noche el sábado 8 de marzo de 1924 y al día siguiente, en idénticas sesiones en el Cine Imperial de Ablaña. Muchos aficionados de Mieres y Ablaña se quedaron a las puertas de los cines ante la insuficiencia de aforo para albergarlos.

La presencia de Baldomero Fernández y el Maragatu años más tarde de los “Cuatro Ases” fue todo un acontecimiento en Mieres, recordado por varias generaciones. Ángel González “El Maragatu” estaba considerado, incluida la opinión de cada uno de los miembros del cuarteto, como el mejor intérprete de aquel tiempo. Los “Cuatro Ases”, al margen de su calidad como grupo vocal, fueron cuatro voces individuales excepcionales y siempre tuvieron a orgullo haber sacado de los chigres, bares y espichas la tonada y elevarla a los escenarios de los mejores teatros.