No es distinto el valle de Tiraña, que se queda vacío, a otras partes de Asturias, donde también la demografía es grave problema, para el que, al parecer, Teresa Mallada tiene la solución.

En un reciente libro, “Los que habitaron el valle”, valle que fue otrora Coto de los Álvarez de Asturias, los apellidos más abundantes fueron precisamente Coto y Álvarez. Y de apellidos y familias –además de otras historias– cuenta este libro. Apellidos del valle se extendieron posteriormente a otras partes. La capital lavianesa de Pola, tuvo los Blanco, es un ejemplo, entroncado con los Trelles. Tuvo los Lamuño, de la famosa Fonda Lamuño, que injertaron con otros apellidos y otras familias. De Tiraña era la esposa del popular médico leonés, nacido en las postrimerías del siglo XIX, Jerónimo García Prado, Luisa Lamuño Valdés.

Del valle de Tiraña era Cándido Blanco Varela, tal vez hoy poco conocido, pero si digo que fue el empresario fundador del tranvía de Laviana a Rioseco, la popular Campurra, a buen seguro que ya no lo desconocen tanto. El único título de Conde de Laviana, lo ostentó un vecino en otro tiempo de Tiraña, Alejandro Villar y Varela, nacido en 1847, emigrado a Puerto Rico, donde alcanzó fortuna, fama e historia. Su nombramiento honorífico se le concedió en 1898, al independizarse Puerto Rico de España, precisamente por la mucha obra española que había hecho en la isla borinqueña y donde le ofrecieron la nacionalidad, que rechazó, para venirse a España. En Gijón y en Miyares (Piloña) asentó sus reales...

En Pola de Laviana hay una calle que lleva el nombre de Sargento Viesca, héroe en Marruecos, que era oriundo de Tiraña, Pedro Casimiro de la Viesca Villar, quien era sobrino de Alejandro Villar y Varela...

¿Varela...? He aquí otro apellido, ramificado y extendido, pródigo en el valle. Los Varela. Ceferino Varela, Jesús Varela, padre e hijo, empresarios mineros en la cuenca del Nalón, industriales en Gijón. Quienes tenían parentesco con los Blanco Varela, que tal parece si tenemos en cuenta que la actual Casa del Pueblo socialista de Pola de Laviana, habiendo sido lograda en una partida de cartas, jugada contra su primitivo dueño “don Benito”, empedernido jugador, heredero del jurisconsulto Mariano Menéndez Valdés, acabó en pleito con Jesús Varela, quien había entregado material industrial para la Mina de San Vicente del Sindicato Minero, como fianza.

Otros Varela, fueron los del Palacio. Aquí ya hay otro entronque, los Álvarez Varela. Primitiva, Elvira y Manuel. Y otra Varela, Teresa, casada con Valerio Ordiz, quienes, en 1910, emigraron con sus dos hijos –cuatro miembros en total– a la República argentina. Ella era de La Arbeya, como había sido Alejandro Villar y Varela, y de la Arbeya era el matrimonio Lin y Esperanza. Y algo tendría de la Arbeya y de La Casorra el Suárez Varela que lleva como apellido el amigo Bernabé.

Corolario. Desde Argentina quieren saber el origen de sus antepasados. No hay archivo parroquial. Y en el registro faltaba uno o dos tomos cuando acudimos en busca de datos. Y el antaño coto está despoblado. En “Los que habitaron el valle”, hay, sin embargo, una abundante y variada información de familias y aconteceres históricos.