Que sepamos, Caso nunca había tenido cronista oficial. Lo tienen ahora, desde el pasado 30 de julio, que ha nombrado a Juan Manuel Estrada (Juanchi), quien nos tiene acostumbrados a leer amenas crónicas virtuales, de Caso, su municipio. De sucesos desconocidos, de episodios acontecidos en sus pueblos y en sus gentes, llenos de gracejo y enjundia narrativa.
Caso ha dado un paso adelante con este nombramiento. Un paso acertado y conveniente. Un paso ejemplar y una prueba de responsabilidad popular. Aguas abajo, siguiendo el curso del río, Sobrescobio, donde existe Monchu Calvo, casín, por cierto, pero establecido en Rioseco, capital coyana, quien, por su quehacer gráfico y sus aportaciones literarias, bien puede ser otro cronista oficial... Y se verá más adelante.
En cualquiera de los casos, hay que tener en cuenta que los cronistas oficiales suelen ser nombrados por su defensa del municipio que habitan y defienden con sus trabajos literarios e históricos, no con hojarasca, siempre previos al nombramiento que se haga. Lo que no ha sido nunca, que nosotros sepamos, es que, a la propuesta de un cronista en un municipio del Valle por un edil de un partido determinado, otro edil de otro determinado partido, le parecía bien el nombramiento, pero que tendría que ser por concurso. Algo así como una partida de bolos. El que más bolos hiciera, ese ganaba.
De Sobrescobio, aguas abajo, Laviana, quien, en lo que sabemos, contó con un solo cronista en su historia. Lo fue Emilio Martínez Suárez, poeta, quien había nacido en 1878 y fallece en 1959. Tras una singladura cubana, retornó a España, donde vuelto a su terruño, en 1951 el alcalde de Laviana Atanasio Arrieta le nombra cronista oficial, con una asignación económica de 250 pesetas al mes. Asignación, que no suele ser norma conocida, pero que a Emilio Martínez se la concedió debido a su no muy boyante situación.
De Laviana a San Martín del Rey Aurelio, donde tampoco ha existido nunca cronista oficial desde su independencia de Langreo, en 1837. Gumer Castaño Posada en Sotrondio, fue cronista no oficial u oficioso, como lo fue Ragraces, Rafael Roces, en El Entrego, pero nunca contó el municipio con cronista oficial.
Y Langreo, a donde llegaba el Nalón vestido de luto, como señaló Emilio Martínez, no sé si ha tenido cronistas. Periodistas y escritores de fuste muchos, pero oficiales no sabemos si los hubo. Ni me preocupa ahora si los tuvo o no...
Lo que sé es que, de los cinco Ayuntamientos del valle, a no ser Caso, los demás no cuentan con cronistas oficiales actualmente.
Langreo lo tuvo en Cándido F. Riesgo, nombrado por el Ayuntamiento en 1960, quien había sido médico, así como alcalde langreano, de sentimiento republicano y el que, al jubilarse, desempeñó su cargo de cronista oficial hasta 1974, en que falleció. No consta que, desde entonces, Langreo tuviese otro cronista oficial. Lo demás, lo conocen ustedes. Supongo.
