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Francisco Palacios

Líneas críticas

Francisco Palacios

Polémicas y paradojas taurinas

La supresión de los festejos taurinos en Gijón y las posturas contrapuestas que genera, algunas dentro del mismo partido

Plaza de toros de El Bibio, en Gijón. | Pablo Solares

Gijón se ha sumado al centenar de municipios que en toda España han suspendido las corridas de toros desde 1989. (Conviene recordar que, once años antes, la ONU proclamaba la Declaración Universal de los Derechos de los Animales). Aunque matizó que nada tenía en contra de la tauromaquia, la decisión de la alcaldesa de Gijón, Ana González, de no prorrogar la concesión de la plaza de El Bibio ha destapado de nuevo una fuerte polémica de alcance nacional entre taurinos y antitaurinos. Y puso también de manifiesto las contradicciones que sobre esta cuestión se vienen observando por la necesidad de mantener un aparente equilibrio que repercuta lo menos negativamente posible en el sentido del voto. Y las incoherencias se dan incluso dentro de un mismo partido.

Polémicas y paradojas taurinas

Por eso llama la atención la protesta de la Asociación Parlamentaria Taurina, integrada por representantes de diversas formaciones políticas. Su presidente Miguel Cid Cebrián, abogado, exsenador y exalcalde socialista de Ciudad Rodrigo, ha presentado una denuncia ante el Principado de Asturias y el Ministerio de Cultura contra la alcaldesa de Gijón (también socialista) por vulnerar la ley de noviembre de 2013, que declara la Tauromaquia Patrimonio Cultural Español y obliga a los poderes públicos a protegerla y enriquecerla, de acuerdo con lo previsto en el artículo 46 de la Constitución.

Sobre esta ley, que fue aprobada con los votos a favor del Partido Popular y con la abstención del PSOE, el entonces parlamentario socialista, José Andrés Torres Mora, declaró asimismo que no ponía en duda que “los toros fueran patrimonio cultural español. Y que la postura de su partido había sido siempre la de no prohibir la tauromaquia, pero tampoco promover algo que molesta también a los españoles”. Una ambigüedad calculada por razones electorales.

En lo que se refiere al maltrato de los animales hay paradojas realmente ultrajantes. Se cuenta, por ejemplo, que Heinrich Himmler, jefe de las SS, que hizo de la tortura un oficio y una ciencia, fue invitado por las autoridades franquistas a una corrida de toros poco después de la guerra civil. Al salir de la plaza confesó que estaba horrorizado del “cruento espectáculo” taurino. Y sorprende aún más que muchos dirigentes nazis (como el propio Hitler) fueran amantes de los animales y al mismo tiempo se comportaran como psicópatas despiadados con aquellos humanos que consideraban inferiores.

Además de otros grupos cívicos y políticos, el Partido Popular es uno de los abanderados de la protesta contra suspensión de los toros en Gijón. Sin embargo, el alcalde de Oviedo por el PP, Alfredo Canteli, no parece que mantenga la misma actitud, pues ha declarado sin ambages que, mientras él sea alcalde, “no volverá a haber corridas toros”. Que la plaza se destinaría “solo a eventos culturales o deportivos”. Y aún va más allá: dice que no tiene sentido recuperar los toros en Oviedo porque no son rentables. Declaró que “apenas iban espectadores de pago”.

Así, más allá de leyes, tradiciones e ideologías, creo que el futuro de los festejos taurinos puede depender, en buena medida, de que las razones económicas se impongan sobre cualesquiera otras. Y más teniendo en cuenta que los vientos de la historia tampoco son favorables.

Por otra parte, el toro ya aparece como un símbolo divinizado en las antiguas culturas orientales. Y dos mil años antes de Cristo se practicaba en la civilización cretense el llamado “juego de los toros”: una suerte de ejercicios deportivos y circenses en los que no se mataba al toro. También existen diversas ceremonias, manifestaciones artísticas, mágicas, mitológicas, literarias, filosóficas o religiosas relacionadas con el toro a lo largo de la historia. De cualquier modo, creo que las trifulcas taurinas cruzadas estos días van en otra dirección. Sus intereses son más inmediatos.

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