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Pedro Rodríguez Cortés

La otra Riosa agrícola-ganadera antes de la guerra civil

El concejo, antes de las minas de carbón y cobre, vivía del campo

En 1846, hace 175 años, surgía en Riosa la primera industria del carbón destinada a proveer de dicho mineral a la Fábrica de Armas de Trubia, convirtiéndose en una las primeras referencias de la industria minera del carbón en Asturias. En 1893 nacería otra industria minera, la del cobre y el cobalto, en el pueblo de Texeo que a pesar de algunos altibajos y cierres temporales, llegaría hasta 1955, año en el que cerró sus instalaciones. El año 1999 marca otro hito histórico en el municipio de la mano del ciclismo, con la inclusión en el recorrido de la Vuelta a España de la subida al pico El Angliru, estableciendo un antes y después en el desarrollo turístico del concejo. Cada año suscita enorme expectación la posible inclusión del Angliru en el recorrido de la Vuelta, por su trascendencia económica para la hostelería riosana.

El mundo rural riosano.

Al margen del minero, como gran parte de los municipios hulleros asturianos, Riosa tuvo igualmente su protagonismo agrícola-ganadero. A los pocos meses de finalizar la guerra civil, la prensa regional se hacía eco el 7 de octubre de 1939, de los datos estadísticos de la ganadería riosana, estableciendo un cuadro comparativo de las existencias antes y después de la guerra. En julio de 1936, había registradas en el concejo un total de 5.825 cabezas de ganado vacuno; 2.250 de lanar; 738 de cabrío; 916 de porcino; 308 de caballar; 50 de mular y 65 de ganado asnal. Tres años después, en mayo de 1939, eran 4.120 cabezas de vacuno (1.705 menos); 1.023 de lanar (1.127 menos); 355 de cabrío (383 menos); 719 de porcino (197 menos); 102 de caballar (206 menos), 8 de mular (42 menos) y 29 de asnal (36 menos).

La citada estadística no disgrega las requisas incautadas en los dos periodos de gobierno de los republicano y los llamados “nacionales”, del 18 de julio de 1936 al 21 de octubre de 1937, y del 21 de octubre del 37 al 1 de abril de 1939, respectivamente. Un apunte final sobre las incautaciones de ganado: los republicanos solían extender un recibo de la requisa para su ulterior pago u otra compensación, mientras que los “nacionales” requisaban sin más.

A propósito de las requisas o incautaciones, paso a narrar un rocambolesco episodio que vivió mi padre en Felechosa, como titular de una fonda-bar. Las requisas nos afectaron por partida doble, primero las izquierdas y después las derechas. Durante el periodo izquierdista unos milicianos querían celebrar una comida pero no disponían de dinero para pagarla y le ofrecieron a mi padre, como alternativa, compensarle con una oveja que había sido previamente requisada. Se aceptó la permuta de cobro, pero cual no sería la sorpresa cuando a los quince días le requisaron la oveja a mi padre.

El diario “Región” de la fecha antes citada, 7 de octubre de 1939, se refiere al mundo agrícola de Riosa mencionando las 2.000 hectáreas de terreno dedicadas a pastos, los 4.650 litros de leche que se recogían diariamente y destaca sobre todo, la aportación de uno de sus productos más importantes, la avellana, recogiéndose en algunas épocas 250 toneladas y exportadas mayoritariamente a los concejos limítrofes.

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