Aunque aún quedan dos años para las próximas elecciones generales, los dos partidos principales comienzan a velar armas.
Todo ello para ir ganando terreno por si el tema se complica y al final hay que adelantarlas. O incluso por si la situación se pone de cara, y las encuestas así lo atestiguan. Aunque esto último, como sigan confiando en Tezanos después del fiasco de Madrid, lo tienen claro.
Tanto el PSOE como el PP ya han realizado sus respectivos congresos con el clásico triunfalismo y fanfarrias habituales.
Amplia renovación en su ejecutiva de los primeros, renovación que dio comienzo hace unas fechas con la sustitución de diversos pesos pesados en su Gobierno con el consabido “gracias por los servicios prestados”, aunque a algunos de ellos no les hizo precisamente mucha gracia.
Al final parece que les sirvió para recuperar una teórica unión tras años de sonoros desencuentros. E, incluso, de paso, sacar de la vitrina a algún “jarrón chino” y quitarle el polvo.
Asturias, por variar, pierde influencias claramente, por mucho edulcorante que le añadan.
Por su parte los populares también han salido contentos del suyo, aunque aún pasará tiempo hasta que se diluyan los casos de corrupción de sus antecesores. En la actualidad, en puro plano de Asturias, todo indica que necesitan que su congreso regional se celebre ya, para cerrar filas y dar por finalizada la interinidad de Teresa Mallada.
En principio todos van soltando lastre indeseable y enviando a los cuarteles de invierno a los viejos santones.
Aunque de verdad, los ciudadanos de a pie “pasamos” de toes estes engarradielles pa pillar cachu y lo que nos preocupa no es otra cosa que el precio de la luz, el gas o los combustibles, la cesta de la compra, el desempleo, así como cosas más tangibles que nos preocupan en nuestro diario devenir. Los fuegos de artificio para los aficionados a la pirotecnia.
