La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

José Manuel Ibáñez

El Samaín

La deformación de las tradiciones celtas en una fiesta mercantilista como Halloween

Estamos a pocas fechas del día de Todos los Santos, en cuyas vísperas se celebraba la más importante festividad del periodo pagano que dominó Europa hasta su conversión al cristianismo. Era en la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre, en coincidencia con el final del verano y la recogida de la cosecha. Esta tradición de origen celta siempre está asociada a los difuntos, convertida posteriormente en el día de Todos los Santos.

Hace un par de siglos emigrantes irlandeses lo llevaron a EE UU, derivando en el actual Halloween, fiesta para beneficio de mercaderes, nada acorde con sus fines iniciales. En algunos sitios de nuestro país se siguen celebrando los antiguos ritos celtibéricos, ofrecidos las almas en su transición tras la muerte, recuperando lo auténtico frente a la influencia anglosajona, que le sigue comiendo terreno con el carnavalesco Halloween.

En algunos lugares de Galicia y Asturias aún perdura la antigua cultura celta, y creo que en Mieres suelen dedicar unos días al evento lejos de la burda copia importada. Asimismo en otros sitios se celebran “noches de ánimas”, con Gozón como ejemplo, con procesiones por los diversos caminos del lugar, con velas encendidas y rezos, además de calabazas iluminadas para causar impresión a los caminantes.

Otra tradición relacionada con ello era dejar en los cementerios comida y velas encendidas donde reposaban sus seres queridos, como muestra de respeto y cariño. En Galicia, con probada tradición en todo lo relacionado con la muerte, dejan pasar la fecha para obviar la parafernalia actual, que en nada se parece a sus inicios, para luego retomarlo todo más tarde.

El Hallowen actual puede pasar un poco por la grey infantil con lo de “dulce, o trato”, pero muy alejado de la viaje costumbre heredada desde hace siglos, y que se ha convertido en simple carnavalada mercantil, e incluso con falta total de respeto a nuestros muertos.

Compartir el artículo

stats