El pasado mes de agosto sorprendió en nuestra región el anuncio del Gobierno central de la supresión de la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón, de cuyo servicio dependía una buena parte de Asturias, unificándola con la de Oviedo.
En coincidencia con el sentir ciudadano, fueron muchas las organizaciones que mostraron su malestar por considerar que todo ello conllevaría importante perdida de operatividad a una institución tan admirada, querida y respetada en Asturias,
Todo ello concatenado con la falta visible de efectivos, pues según fuentes cercanas a la propia Benemérita hace tiempo que les resulta imposible cubrir bajas y jubilaciones. Dejo a un lado lo obsoleto que están muchos de sus cuarteles en zonas rurales
En contraposición a ello, y como sucede habitualmente –todo para ellos y los vascos– , el Estado y la “Generalidad” de Cataluña, “para afianzar la distensión”, han decidido la incorporación de ¡3.739! “Mozos” a su Policía particular hasta completar los 22.006, con la promesa añadida de sacar a concurso otros 800 anualmente.
Un nuevo agravio por parte de los que no se conforman con nada pese a los múltiples privilegios de los que disfrutan, tolerados por quienes tienen la obligación de poner coto a sus desmanes petitorios, pero como dependen de sus votos, y son tan “revoltosos”… a satisfacerles con todo lo que pidan. Mientras tanto el resto del país sufre las consecuencias y el agravio de ver como lo poco que va quedando de la riqueza nacional, una y otra vez tiene como destinatarios a los que el término España les produce dolorosos sarpullidos.
Por Asturias somos prubitinos hasta pa pedir, y entre otros muchos casos similares, sirva como ejemplo el que hoy nos ocupa, pues con la merma que se ve venir, da la impresión, pese al esfuerzo de sus miembros, de que no se va a poder mantener un servicio tan esencial cual es el funcionamiento de nuestra Guardia Civil.
