Opinión
José Juan García
Comer una y contar cuarenta
La incuestionable titularidad mierense del Puerto Pinos y las consecuencias de un enfrentamiento innecesario
La pasada semana, LA NUEVA ESPAÑA se hacían eco de las declaraciones del representante de la asociación de ganaderos de Babia y Luna, en una más de sus acostumbradas “filípicas” contra la presencia del Ayuntamiento de Mieres en los puertos que llamaremos con el nombre genérico de “Puerto de Pinos”. He de decir que la rotundidad y la expresiones puestas en boca del citado portavoz me llamaron la atención y, aunque fuera de la política municipal desde hace ya dos legislaturas, solicité la citada sentencia al Ilustrísimo Ayuntamiento de Mieres y en menos de cuarenta y ocho horas las tenía en mi correo electrónico.
Lo primero que hice fue comprobar si eran ciertas o no, las afirmaciones, que según la Asociación “Montaña de Babia-Luna”, hacía el Tribunal Supremo. He de decir que ni por asomo se puede extrapolar que el alto tribunal ponga en duda la propiedad de los Puertos de Pinos por parte de concejo de Mieres, simplemente se limita a señalar que no tiene interés casacional el recurso planteado por el Ayuntamiento de Mieres y la Junta de Castilla y León contra la sentencia número 1019 de 18 de julio de 2019 de la Sección 1ª del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, con sede en Valladolid. Seguidamente y en orden descendente me puse a desmenuzar la citada sentencia 1019 de 18 de julio de 2019 por si en la misma hubiera o hubiese algún tipo de afirmación en aquel sentido dado por la citada asociación “Montaña de Babia y Luna”, encontrándome como esperaba con que se trataba exclusivamente de un tema de carácter meramente administrativo, relativo a las autorizaciones concedidas por el Ayuntamiento de San Emiliano y el Servicio Territorial de Medio Ambiente de León para la legalización de un comedor de ganaderos en la llamada Casa de Mieres del Puerto de Pinos. Por tanto, tampoco la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León cuestionaba la propiedad mierense de los puertos de Pinos.

Comer una y contar cuarenta / Julio VIVAS
Únicamente quedaba pues la sentencia 197/2018 de 31 de julio, del Juzgado Contencioso-Administrativo número 3 de León, recaída en el procedimiento ordinario 48/2014. Ciertamente esta era la sentencia más extensa, 22 paginas, y aunque no puedo compartir la misma al cien por cien, en lo que al tema principal se refiere, es decir, si el Ayuntamiento de Mieres puede ser propietario o no de bienes fuera de su término municipal, el propio Juzgado de lo Contencioso Administrativo nº 3 de León afirma en su sentencia que con base en lo dispuesto en la Ley de Bases de Régimen Local y sobre todo de los artículos 9 y 10 del Reglamento de Bienes de las Corporaciones Locales, así como la jurisprudencia del Tribunal Supremo, entre otras la sentencia de 19 de septiembre de 2006, fuera de su término municipal el ayuntamiento puede ser titular de bienes y derechos como cualquier otro sujeto privado. Con ello nada obsta a que el Ayuntamiento de Mieres pueda tener y de hecho tiene ( no solo el puerto de Pinos) otras propiedades fuera de su ámbito territorial.
Llama poderosamente la atención esa manera torticera de retorcer las resoluciones judiciales hasta el punto de negar los legítimos derechos de la propiedad sobre el conjunto de puertos de verano que denominamos de forma colectiva bajo el nombre de Puerto de Pinos, cuestión que nadie puede poner en duda. Tampoco puede deducirse que las sentencias vengan a decir que el derecho de propiedad del Ayuntamiento de Mieres sea un derecho de propiedad vacío, poco más o menos como una nuda propiedad como se defiende de adverso, sino que es un derecho de propiedad pleno, grabado con la servidumbre de acceso de los vecinos de Candemuela, Villargusan , Pinos y San Emiliano pero no de cualquier manera ni tampoco gratis, sino en las mismas condiciones que los ganaderos de Mieres.
Sinceramente, flaco favor hacen quienes atechándose bajo la denominada Asociación de la Montaña de Babia y Luna, se olvidan de las necesidades de los vecinos de la zona y en lugar de propiciar las relaciones de colaboración y el hermanamiento entre vecinos de localidades próximas se dedican a extender la semilla del enfrentamiento, precisamente lo que menos se necesita en los pueblos de la llamada “España Vaciada”.
Colaboración y apoyo mutuo son lo que necesitan los ganaderos y vecinos de Mieres y Babia, porque del enfrentamiento y las quimeras no se saca nunca prosperidad, sino perjuicio y miseria por mucho que algunos coman una y cuenten cuarenta.
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