En los años 50 del pasado siglo las aficiones futbolísticas del Bajo Aller (Caborana y Moreda) y Bustiello y Santa Cruz (Mieres), vivieron intensamente los duelos de rivalidad futbolística entre La Salle (Bustiello) y el Santiago (Aller). Una rivalidad propiciada como tantas otras, por la cercanía de ambos equipos, apenas dos kilómetros, similar a otras en las cuencas como entre Caudal, Turón y Lenense, el Círculo Popular de La Felguera y el Racing de Sama, el Unión del Entrego-San Martín o entre este y el Titánico.
Hoy los estadios que albergan estos equipos, algunos desaparecidos, permanecen semivacíos pero en los años 50 los aforos de estos campos, aunque notablemente inferiores a los actuales, eran desbordados no sólo por los hinchas del equipo de casa, puesto que centenares de aficionados se desplazaban acompañando al equipo visitante dando un variopinto colorido a las villas asturianas antes y después del partido.
La formación del equipo de La Salle de Bustiello había sido iniciativa del padre Hilario, miembro de la citada congregación, muy implantada en la zona, regentando colegios de enseñanza en varias localidades de Aller y Mieres. El equipo estaba protegido por la empresa Hullera Española y los terrenos del campo de fútbol fueron cedidos por dicha empresa. Recordamos en su primera época al señor Villalta como presidente del club. La Salle apenas subsistió media docena de años pero mantuvo cierto nivel de competitividad a nivel regional.
Un aspecto relevante del La Salle era la carencia sólida del respaldo de una afición. Recibía el apoyo de los escasos aficionados de Bustiello y Santa Cruz de Mieres. Curiosamente también se nutría de aficionados de Moreda y Caborana, feudos de su eterno rival el Santiago de Aller. Su mantenimiento económico procedía de un reducido número de socios y de la venta de entradas de los partidos.
El 19 de septiembre de 1954 el La Salle publicó una nota oficial de prensa para fundar un equipo juvenil dirigido a “Muchachos comprendidos entre los 15 y 18 años que residan entre Santullano y Moreda”.
En aquel equipo juvenil, figuraban, entre otros, Barettino, Paco Embil, Monchu, Alfredo (Punto) Fueyo, etcétera, y el propio autor de éstas líneas. A lo largo de los pocos años de historia, en La Salle senior era frecuente el trasvase de jugadores con el Santiago y viceversa. Recuerdo a una serie de jugadores de estimable calidad como Ovidio, Isaac, Cabo, Rubén, Monchu, Horacio, Zanquina, Bernardino, Vicente, Iván, Bombi, Macaco... por citar algunos. Con el nuevo campo de Sotiello entre Moreda y Caborana inaugurado en 1955 La Salle entró en una etapa de declive hasta su desaparición.
