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Ricardo Montoto

Dando la lata

Ricardo V. Montoto

De ola en ola

Sabíamos que pasaría, pero fuimos de cena y celebramos Navidad

Al final va a ser cierto que lo mejor es que nos contagiemos todos de una vez y sálvese quien pueda, pues ahora, ya vacunados, el pronóstico no es tan feo.

Porque creo que ya va siendo hora de reconocer que los humanos somos incapaces de defendernos y así dificultar la propagación de virus aplicando el sentido común. Por ejemplo, con cinco olas de experiencia, y advertidos de que venía la sexta, sabíamos qué hacer y qué evitar hacer para mantener bajo control la expansión del coronavirus. ¿Y qué hicimos? Pues exactamente lo que había que evitar.

Ya desde el mes de noviembre éramos conscientes de los riesgos de aumentar la movilidad durante el puente de la Constitución. Y no nos quedamos quietos. También estábamos avisados del peligro de las cenas de empresa de mediados de diciembre, y no se hizo caso hasta que la curva de contagios se disparó. Y por supuesto que conocíamos la recomendación de evitar las concentraciones domiciliarias en Navidad, mezclándonos los de aquí y los de allá. E infectándonos todos. Y muchos lo ignoraron.

Pero no hacemos caso porque nuestras sociedades occidentales, tan modernas y avanzadas, han perdido la sensatez colectiva y hacen caso omiso a las señales de peligro en la confianza de que, si la cosa se pone chunga, alguien lo arreglará. Y mientras tanto, a celebrar sin freno, que son dos días.

Es que nos tienen que prohibir que nos aproximemos al mar los días de galerna porque, si no, allá vamos. Y hay que enrejar los balcones para que la gente no salte desde ellos a la piscina del hotel. Y cada año mueren cientos de personas por hacerse un selfi molón.

En resumen, que en las sociedades libres nos hemos vuelto tan idiotas que han de ordenarnos y aplicar la fuerza para que hagamos caso y no nos autodestruyamos. Libres pero tontos, por lo que se ve. Porque tras seis olas seguimos haciendo cuanto podemos para que esto se convierta en una marejada constante.

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