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José Manuel Barreal

Ventana indiscreta

José Manuel Barreal

Participando con la Ministra

El proyecto que Yolanda Díaz lidera de cara al próximo ciclo electoral

La ministra de trabajo Yolanda Díaz parece que actualmente representa, desde y para la izquierda, una esperanza y una ilusión. Las encuestas, que sobre liderazgo se realizan, así lo atestiguan e indican muy buena valoración de su persona y la posicionan por encima de todos los demás dirigentes políticos, tanto de la derecha como de la izquierda. En este año 2022 quiere poner las bases de un proyecto político que resultará complejo, pero deseable para intentar superar la fragmentación de la izquierda, a la izquierda del PSOE.

Así, en una entrevista concedida a un diario nacional habla sobre su proyecto, además de la reforma laboral que obviamente defiende. Un proyecto, que a día de hoy nadie sabe lo que es y parece que ella tampoco, o eso deja traslucir de sus palabras. Sin embargo, dice que llamará a la ciudadanía para consultar. Suena bien y bonito, ese “llamar a la ciudadanía”. Alegrémonos de la iniciativa, ya que al menos hay intención .

Voy, pues, a intentar participar, desde aquí, en ese futuro proyecto como ciudadano que soy.

De entrada, en la lectura de la entrevista hay algún aspecto que llama la atención. Resulta un tanto incomprensible, a mi juicio, la confusión que la ministra se monta con lo “político” y lo “social”. Dice que nuestro país “está hastiado de proyectos políticos”. Remachando que lo de ella “ no es un proyecto político” sino que “cree que es un proyecto social”. Qué diferencia puede haber entre lo social y lo político, que entiendo no hay, cuando el futuro parto lo va a parir una política con personas, que estando en proyectos sociales y en organizaciones políticas hacen, precisamente, política.

Sin duda, lo que usted hace, dice, deja de decir o hacer, es política. Así de simple. Política legítima, de altura y de futuro, señora. Y por supuesto, su posible proyecto será político, ¿a qué viene manifestar esa ambigüedad entre lo político y lo social, que tal vez contribuya a reforzar la injusta opinión ciudadana sobre la política?

Seguro que Yolanda Díaz, en su coherencia ética, que la tiene, ve tantas necedades en su oficio; en tantos compañeros y compañeras, que del loable trabajo en política hacen un lodazal, que ella en su proyecto quisiera que “la política”, no fuese materia de controversia; no obstante, de buena fe, es posible que alimente lo que ella piensa que arregla, escondiendo la política en su futuro proyecto.

En el Gobierno de España, hay acuerdos que merecen el reconocimiento y el aplauso. Y dentro de él, están algunas actuaciones del propio ministerio que Yolanda Díaz dirige, además de otras en el resto de ministerios. Y esas acciones, son políticas y sociales. No se deben disociar ambas, generando confusión que a nada positivo conduce.

Dice, que es su deseo “consultar a la ciudadanía”. Siempre desde la izquierda hay ese hambre de consulta ciudadana, plausible a todas luces. Sin embargo, hoy, aquí y ahora, no hay un instrumento organizativo, político, que dé vía a propuestas ciudadanas e inquietudes, tanto en los planos municipales, regionales y estatales, para que realmente haya esa participación de la ciudadanía. Y si lo hay, está en el limbo. Si Yolanda Díaz recoge seriamente el desafío de escuchar, no solo oír, además de responder a las y los que va a pedir el voto, y esa escucha la plasma en una organización con perspectiva de futuro, bienvenida sea.

Ya tiene Yolanda adjetivos para su proyecto. Destacan dos, uno lo bautiza como un “nuevo laborismo”. Y el segundo, como “berlingueriano“, en claro recuerdo al insigne comunista italiano, Berlinguer, que allá en los setenta del siglo pasado, propuso aquello del “compromiso histórico”, como alianza del comunismo italiano con los partidos de la DC y del PSI. Tal vez, y arriesgando mucho, el futuro proyecto de la ministra podría llevar ese camino, con el matiz que el italiano, que fue solo con la DC, se dirigía a partidos políticos. Y la ministra de trabajo, no parece estar por esa labor.

Sea como fuere, el proyecto político-social debería de ser feminista, ecosocialista, republicano y federalista. Y éticamente sensible a las clases populares. Con un proyecto y discurso inclusivo que devuelva la confianza en y a la acción política. Suerte, pues, a Yolanda Díaz.

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